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viernes, 6 de diciembre de 2019

¡Cántamela otra vez!


He pasado una noche estupenda… pero no ha sido ésta. 

Groucho Marx.


Los recuerdos de la infancia y del inicio de la adolescencia en la cabeza de cada cual permanecen. Muchos de ellos son vívidos, otros ya deformados por el paso del tiempo; la mayoría "dulcificados" por la acción protectora del cerebro y, todos ellos, conformados en base a momentos de especial intensidad emocional.


Me resulta llamativo el hecho de que personas ya adultas pero más jóvenes que yo rememoren los dibujos animados que más les gustaban o determinados programas de televisión. ¡Claro! -pienso-. Ellos pertenecen a la generación de la televisión. En mi infancia (¿debería decir afortunadamente?) todavía no se había generalizado el traste. Yo -y los de mi generación- pertenecemos a la época de la radio de válvulas, el transistor, el magnetofón y el tocadiscos. También del cine, claro.

Pero el vector que con más fuerza ha quedado grabado en mi mente ha sido el de las canciones. Unas todavía se conservan incólumes y con el recuerdo de la letra y el sonsonete. La mayoría troceadas. Con los fragmentos dispersos en algún rincón del hipotálamo. De algunas de ellas sólo he recuperado un tímido recuerdo que -cual resto arqueológico- me sirve para ir reconstruyendo la totalidad de la historia. De otras ya no queda nada.

Menos mal que, al igual que ha ocurrido en otros ámbitos, la ciencia ha puesto a nuestro servicio valiosas herramientas facilitadoras de la remembranza. Y que gracias a San Internet podemos "ir tirando del hilo" con sólo tararear una canción o con escribir un fragmento de la misma.


Esta semana, sin ir más lejos, he conseguido recuperar "Hace frío ya" de Nada Malanima de la que sólo recordaba precisamente el sonsonete "hace frío ya...chun
chun, hace frío ya.."

También he vuelto a revivir la de Gigiola Cinquetti "El domingo yendo a misa" ¡Encima con
imágenes y todo!

Tony Ronald permanecía agazapado en alguna circunvalación cerebral. Lo he rescatado utilizando sólo un pequeño fragmento de "El bote que remo".

Los
Módulos también han sido "resucitados". Me ha encantado volver a escuchar "Sólo tú"

Claudio Baglioni sonaba con fuerza en el tocadiscos de mi amigo Javier Cay. También me he vuelto a reencontrar con él -y con todas las emociones y sensaciones de la época-. Aquí os dejo su canción "Pequeño gran amor" con el regalo de las preciosas imágenes que acompañan al vídeo.

Mucha faena de reconstrucción me queda todavía. Pero debo realizarla con tranquilidad. Y actuar sólo cuando aflore en mi cabeza el tímido repunte de alguna otra canción olvidada.

Con un poco de suerte -y paciencia- creo que conseguiré ensamblar completo el "jigsaw" de mi mente infantil y púber.

1 comentario:

  1. Si, si, en los años setenta estás canciones nos marcaron mucho.
    En el pipete Paradise,el Solo tú de los Módulos era el rey del tocadiscos, junto con Camilo Sexto,y muchas canciones de los Pekeniques, pero sin duda, la numberone del romanticismo el Plkolo Grande Amore del Claudio Baglioni, una balada pegadiza y muy romántica, la tarareabamos mucho.
    Estás canciones eran la de los principios y cada una la puedo poner en épocas concretas.
    La música nos acompañó siempre.
    Se podrían renombrar lugares cuyo patrón era la música,
    Hago un remix:
    El señor Adrián, los conciertos del casino, las rondas de las calles,los pipetes,los pub de la ciudad, Babieca, las zonas de marcha y ambiente y los cantos del coro, no olvidemos lo esencial.
    La música toma parte de la existencia,y sigue siendo muy importante.
    Enhorabuena por la impronta de la temática.
    Buenos tiempos aquellos.
    Saludos de Javier.

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