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viernes, 31 de agosto de 2018

Espíritu de verano (y VI). Cinco Villas. Otra mirada.

El tiempo se ha detenido, por un momento, en Orés

Retazos de tiempos pasados

¡Cuántas ilusiones se harían los dueños de esta vivienda cuando la construyeron!

Nula sensibilidad estética

Pocas quedan como esta

¿De tiempos del Generalísimo? 


Peculiar solución para ver el concierto en Asín

¿Quizás aborrecen tiempos pretéritos?

Sólo para intérpretes heráldicos




¡Qué original descubrimiento!

Escalera de doble uso
Esplendor y decadencia
¡Vaya con 1705!

Hace ya 106 años

viernes, 24 de agosto de 2018

Espíritu de verano (V). Programadores de riego a pilas


 Desde que los descubrí y empecé a utilizarlos, no han dejado de prestarme excelentes servicios. Para alguien que se ha criado en el mundo de la agricultura de secano, la posibilidad de dosificar con precisión el agua y aportarla en su debido momento a las plantas, es todo un magnífico regalo.


Puedes ausentarte de casa; irte de vacaciones o quedar con los amigos... El temporizador -tu fiel servidor- cuidará de tus hijicos vegetales por tí.


La posibilidad de llevar el riego dosificado a entornos áridos es lo que más me estimula. Y que gracias al gota a gota consiga que árboles frutales prosperen en lugares inconcebibles, me llena de satisfacción. Me tengo que refrenar porque a fecha de hoy ya son 5 los programadores que trabajan para mi alimentando vidas en los lugares más insospechados.

viernes, 17 de agosto de 2018

Espíritu de verano (IV). Cascabelillos


Ya las ciruelas Claudia (o cascabelillos como les llamábamos en el pueblo) van madurando. Para estas fechas no me puedo sustraer a sus encantos, pero casi siempre la cosa acaba mal ya que este fruto enseguida mueve el vientre.

Recuerdo que, de niño, en una ocasión mi tío José de Tertín nos trajo unos cascabelillos al corral de Gabardilla. Como para aquel entonces casi no probábamos la fruta, yo me di un buen atracón de ciruelillas y, claro, por la noche se dejaron sentir los efectos. Ante la inminente necesidad de exonerar el vientre, tuve que salir de la cabaña y "aflojar" al raso ¡Todavía conservo la imagen de oscuridad total con la bóveda del cielo estrellado y la sensación de desahogo que experimenté!

viernes, 10 de agosto de 2018

Espíritu de verano (III)


Campos verdes, mar y acantilados... Grueso contraste con los páramos de Zaragoza. En Cantabria se respira la humedad del aire y el sosiego de sus paisanos. Los acantilados dan fe de la constancia del agua embravecida y de su empeño en despeñarse contra las rocas.

Nos falta perspectiva pero en un par de milloncejos de años la labor combinada del río de la izquierda con el embate de olas de la derecha habrán cambiado este bucólico paisaje definitivamente.

viernes, 3 de agosto de 2018

Espíritu de verano (II)


He asistido a una exposición sobre Leonardo da Vinci y me ha sorprendido especialmente su irrefrenable deseo de imitar el vuelo de las aves. Algo parecido me ocurría a mi cuando era jovenzuelo. Siempre dándole vueltas a la manera de imitar el vuelo de los buitres. Siempre pensando en inventar algo.

Pero la distancia que nos separa al genio de Anchiano y a mi es inconmesurable. Frente a él yo me siento empequeñecido, minimizado, minúsculo.

¡Qué no hubiera dado yo por haber podido ser discípulo del genial Leonardo!