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viernes, 10 de agosto de 2018

Espíritu de verano (III)


Campos verdes, mar y acantilados... Grueso contraste con los páramos de Zaragoza. En Cantabria se respira la humedad del aire y el sosiego de sus paisanos. Los acantilados dan fe de la constancia del agua embravecida y de su empeño en despeñarse contra las rocas.

Nos falta perspectiva pero en un par de milloncejos de años la labor combinada del río de la izquierda con el embate de olas de la derecha habrán cambiado este bucólico paisaje definitivamente.

1 comentario:

  1. Allí fue la primera vez que vi el mar Cantábrico, belleza que comparte Santander con las provincias norteñas, acantilados agresivos y bellos. Buen periplo, José Luis, pásalo bien,saludos de Javier.

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