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domingo, 27 de noviembre de 2011

Conciertos de otoño. Iglesia de Santa Isabel de Portugal

Para el próximo sábado día 3 de diciembre a las 18:00 horas, está prevista la asistencia a uno de los
varios conciertos de otoño que se organizan para estas fechas. Ese día actuarán:


Coral Salillense
Asoc. Musical Coral Torres de Berrellén
Coral Pina de Ebro
Coral de Gelsa

Descargar programa

Dirección:Real Capilla de Santa Isabel de Portugal (Pza. del Justicia, s/n)
Zaragoza (Zaragoza)

Acudiremos con ganas de difrutar y paladear los sabrosos platos musicales que nos han preparado estas magníficas corales.

lunes, 21 de noviembre de 2011

7 razones para ver las 7 salas de la exposición human bodies

La curiosidad es el germen, la semilla, de iniciativas y empeños que bien cultivados y gestionados pueden derivar en apasionantes aventuras.

Y la curiosidad me ha llevado a visitar la exposición "Human bodies" puesto que nunca había tenido ocasión de contemplar desde un primer plano la complejidad y el preciso diseño de nuestro cuerpo, del cuerpo humano.

Así es que tal como estaba planificado, a las 12:20 ya me encontraba en la entrada del recinto en el que se exhiben las "piezas" y todavía solicité a una joven pareja que me tomara una foto, certificando y dando fe de mi presencia en la muestra.

No sé bien qué me ha sorprendido más: si la maravillosa técnica con la que se consigue un efecto de momificación de los cuerpos y órganos o el propio contenido de la muestra que tampoco tiene desperdicio.

El caso es que nada más abonar la entrada, una señorita me ha entregado la audioguía y, enseguida me he puesto el collarín y le he dado al "start" para iniciar la visita guiada.

El aparato es de fácil manejo y enseguida aprendí los rudimentos para realizar un recorrido ordenado por las salas. En total son siete salas y las vitrinas que muestran cuerpos y órganos también están numeradas.
Pregunté si se podían tomar fotos y me dijeron que no. Sin embargo, al ver a otras personas tomando instantáneas sin el flash, no pude sustraerme a la tentación de tomar dos o tres puesto que, al fin y al cabo también van a emplearse con buen fin.

Comenzamos por el misterio de la vida, la concepción y el desarrollo de la mórula, del embrión (hasta la novena semana) y el feto. Me resultó asombroso ver el minúsculo tamaño de los que se mostraban en esta primera sala y también que, a pesar de ser tan pequeños ya poseían rasgos claramente humanos.

Pasamos, posteriormente a la sala que mostraba el sistema óseo con distintas presentaciones de esqueletos humanos y huesos seccionados y mostrados sabiamente. También se mostraba el esqueleto de un oso con la finalidad didáctica de compararlo con el hombre.

A continuación músculos, nervios y articulaciones y aquí ya se mostraban cuerpos enteros plastinados en posiciones más o menos "naturales". Al ver el aspecto humano que todavía conservan no puede menos que pensar cuál habría sido el devenir de esas personas y cómo el destino les había conducido a ser mostrados de ciudad en ciudad una vez privados del hálito de la vida.

Luego vino una sala dedicada al sistema nervioso, con especial énfasis en el cerebro. Se mostraban cráneos seccionados y también distintas preparaciones del encéfalo para que pudieran apreciarse mejor las distintas porciones de este maravilloso órgano regidor de nuestra conciencia. Por contraste, el cerebro de un caballo, se mostraba como el mejor indicador de la importancia que la evolución había concedido al bulbo raquídeo de estos asustadizos animales.

Yo iba siguiendo la pauta que me marcaba la audioguía y debo decir que es un estupendo recurso porque además de la agradable voz del locutor, las explicaciones estaban muy ajustadas en profundidad y también en tiempo a las necesidades de los visitantes de la muestra.

Continuamos con el sistema respiratorio y la colección de pulmones y cavidades torácicas. Aquí el señor de la audioguía se explayó un poco más ya que la vitrina correspondiente a los pulmones de un fumador se constituyó en argumento definitivo para aconsejar a los oyentes la necesidad y conveniencia de dejar de fumar, en caso de ser fumador.

Pasamos luego al sistema digestivo. Me llamó la atención el aparato digestivo de una cabra también plastinado y las curiosas diferencias con los órganos humanos. 
Luego vino el aparato circulatorio con varios corazones seccionados y muestras muy interesantes de todo el sistema de venas y arterias de nuestro cuerpo.

Finalizaba la muestra con los aparatos excretor y reproductor y ya la aterciopelada voz del locutor me empezaba a resultar un poco cansina. No obstante, creí conveniente acabar lo empezado y aguanté hasta que se terminaron las explicaciones.
Un niño que ya se había cansado en la sala 2 estaba, en ese momento, reptando por el suelo y otros varios también mostraban su impaciencia a las jóvenes madres que yo creo se habían precipitado al llevar a sus retoños tan pequeños a una exposición de esa envergadura.

Me zafé como pude del niño reptante y muy dignamente me quité los cascos y la audioguía para entregarla a la salida.

Salí de la exposición con una mezcla de emociones: por una parte satisfecho por haber cumplido con mi deber mañanero, por otra un poco cansado puesto que llevaba un hora y media en el recinto y también gratamente sorprendido por lo bien presentada y organizada que estaba la muestra.

Desde estas líneas recomiendo vivamente la visita a la exposición. Pocas ocasiones tenemos de ver tan de cerca sómo somos internamente y qué maravilloso es el funcionamiento de la maquinaria corporal que nos mueve, nos hace pensar, sentir, tener conciencia de nosotros mismos... 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Human Bodies, the Exhibition

Coincidiendo con las elecciones generales, aprovecharemos la mañana del domingo, día 20 para girar una visita a la exposición "Cuerpos humanos" que se realiza en la planta baja del Centro Comercial Augusta.

Se trata de una exposición didáctica y espectacular en la que se muestran más de 150 órganos y 12 cuerpos reales plastinados. El horario del domingo es de 11 a 20 horas.

Para más información, visitar la web.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Los músicos y los actores, bien. La obra... flojilla

Ayer era de destacar el frío que hacía y el trayecto desviado del 32 que ahora va por Echegaray y Caballero y nos acercó casi hasta las puertas del Teatro de la estación.

Llegamos con media hora de antelación ya que el cálculo del recorrido no pudimos hacerlo con arreglo a los parámetros habituales debido a la modificación del itinerario del bus. No se veía ni un alma por la taquilla a esas horas y las dos personas que hacían guardia nos atendieron con mucha amabilidad. Mientras sacábamos las entradas, podíamos escuchar el sonido de una acordeón, una trompeta y una guitarra. Era evidente que estaban ensayando para la sesión de las 8:30.

Como suele ser habitual en mí, me pertreché con dos folletos informativos: uno sobre la programación del Festival Internacional Estación de Otoño y el otro sobre la obra que íbamos a contemplar.

Para hacer tiempo y despejarnos un poco, buscamos una cafetería por la calle de Los Diputados. Es reseñable la poca gente que permanecía a esas horas en los locales de ocio. Varios de ellos habían sido ya adquiridos por los chinos y, nosotros optamos por uno con regencia nacional.

En el interior una pareja de edad mediana y el supuesto dueño del establecimiento con un deje de tristeza en su cara ante la perspectiva de otra mala tarde de negocio. Nos tomamos un cortado cafeinado y otro sin cafeína (para mí) y, entre unas cosas y otras, se hizo la hora de regresar al Teatro.

Ya se habia calentado el ambiente porque un nutrido grupo de personas estaban haciendo cola para pasar al interior del recinto. Así, a ojo, yo calculo que estaríamos unos 30 ó 40 espectadores.

Nos reciben los tres músicos que anteriormente habían afinado sus instrumentos. Dos de ellos jóvenes (cada uno de un color) y un señor más mayor que tocaba el acordeón. Nos reciben ejecutando varias adaptaciones de conocidas canciones. Nos ubicamos cerca del escenario para percibir mejor los matices interpretativos y escuchar casi en las narices el acompasado son de sus melodías.

La interpretación musical duró lo suyo. Hasta el punto de que, por un momento pensé si eso era, en realidad el espectáculo que habíamos ido a ver. A la 6ª ó 7ª canción, el volumen de los instrumentos y la luminosidad de los focos fue descendiendo y comenzó la sesión.

El inicio de la obra estuvo muy bien. Los personajes muy bien caracterizados y ataviados enseguida soltaron dos o tres "gangs" que no tuvieron mucho eco entre los espectadores.

Cuando apareció en escena el que hacía del ucraniano Chygrynskiy pareció que la cosa iba a animarse, sobretodo por algunos diálogos, supuestamente en esa lengua, que obtuvieron una discreta risa de acogida entre los asistentes.

La escena del ucraniano hablando en directo con su madre (a la que, al parecer, veía desde su ventana en Barcelona) tuvo menos fuerza de lo que yo había esperado. Los esfuerzos de otros personajes por animar y aderezar la obra cayeron, a mi entender, en saco roto. Como consecuencia de ello, poco a poco el espectáculo fue perdiendo fuerza y vigor y, peor todavía, empezó a caer en una desordenada secuencia de situaciones y acontecimientos varios que todavía incrementaron más mi confusión y creo que la del resto de los asistentes.

Confieso que hubo varios momentos en los que empecé a entornar los ojos. No me llegué a entregar a los brazos de Morfeo por poco. Afortunadamente, de vez en cuando, los músicos animaban un poco el cotarro y la obra se hacía más llevadera.

Así se fue pasando la, aproximadamente hora y media de espectáculo. Una pena de guión, porque los actores eran buenos. Desde luego se podía haber sacado mucho más jugo a la trama principal pero, desgraciadamente, la cosa no fue así.

Finalizada la sesión salimos los asistentes en reservado silencio. No se oían comentarios. La gente prefirió guardárselos para más tarde.

 Mi balance global es que la tarde-noche mereció la pena por los músicos y el contemplar en primera línea -y en familia- la obra teatral. El deslucimiento vino, como ya he comentado por el propio guión. No se me quitan por eso las ganas de continuar viendo teatro. Es un espectáculo inmemorial al que le deseo otros muchos milenios de vida.