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viernes, 24 de enero de 2020

¡Ya tengo mentor!


Las cosas no cambian; cambiamos nosotros.
Henry David Thoreau.

Han tenido que pasar casi 65 años pero, por fin, ¡ya tengo mentor!

Todo ha sido leer el libro "La belleza del universo" y comenzar a saborear grandes cuestiones de la física explicadas de una forma clara y entretenida. Como nunca antes me lo habían contado.

El paso siguiente ha consistido en buscar en la Red información sobre su autor: Stefan Klein ¡Un figura!

Nació 10 años después que yo (en 1965). Ha estudiado Física y Filosofía analítica y, de postre, es licenciado en Biofísica. Desde el año 2000 ejerce como escritor y, según sus propias palabras, empezó a escribir porque "quería despertar en las personas el entusiasmo por una realidad que es más apasionante que cualquier novela negra". Casado y con tres hijos ¡Su perfil me encaja como anillo al dedo!

La documentación recopilada en la Red y los dos vídeos que he visualizado en YouTube (1) y (2) me han encantado. No sólo porque tratan de cuestiones de física de una manera bastante comprensible sino porque, además encaran un ámbito que siempre me ha parecido súper-interesante: el de la felicidad. Lo que he podido ver y escuchar ajusta a la perfección con mi sistema de valores. Con el añadido que me ha abierto la puerta para comprender mejor las claves de una existencia feliz.

Un mentor es un consejero o guía de una persona. Un ayo o maestro. Aunque el ideal sería contar con la ayuda y el apoyo de una persona física, de momento me tendré que conformar con la idea de que Klein sea mi mentor virtual.

Pero no descarto en absoluto poder contactar en su momento con él y solicitarle su mentoría. A estas alturas de la vida ya nada me parece atrevido. Por intentarlo que no quede.

3 comentarios:

  1. Siempre vamos buscando a personas sensatas que nos marquen el camino y nos sean ejemplo de conducta.
    Con ellas te sientes a gusto y te interesas por su vida y proyectos.
    No así con la vida de los personajes de poca claridad que inunda el ambiente, que por desgracia hay muchos.
    Clarividencia hace falta en estos tiempos y el señor Stefan, según dices, es un precursor, tendré que comprar el libro.
    La gente entre los doctos se encuentra bien.
    Qué vaya bien esa mentoria.
    Saludos.

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  2. ¡No hace falta que te compres el libro! Te lo dejo cuando quieras.

    Saludos
    JL

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  3. Cuando acabe con el libro que estoy leyendo me lo dejas. Gracias por el ofrecimiento, un abrazo.

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