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viernes, 22 de noviembre de 2019

Actions speak louder than words

 Gastamos dinero que no tenemos, en cosas que no necesitamos,
 para impresionar a la gente que no nos importa.
Will Smith

Veo en la tele el enfado de los jóvenes con los desastres que se van sucediendo en el planeta a cuenta del cambio climático. Y observo también su estilo de protesta: las manifestaciones; las llamadas incesantes a los poderosos para que emprendan acciones que preserven a nuestro planeta de más futuros desaguisados.

Greta Thunberg ha tomado la valiente iniciativa de ser la abanderada de las justas reivindicaciones juveniles. Y ha golpeado con acierto al núcleo duro de los negacionistas del cambio climático. Sus argumentos son incontestables. 

Con posterioridad, por todo el mundo se han sucedido manifestaciones de jóvenes también sensibilizados con el problema. Todos protestando. Todos pidiendo a las autoridades que tomen medidas para salvar a la tierra del desastre.

Las manifestaciones son necesarias. Conducen a que los políticos se vayan sensibilizando, que vayan tomando nota. Las veo como una iniciativa loable. Muy bien por la juventud.

Pero... ¿sabéis qué? que yo echo en falta algo más. Uno o dos pasitos más que, de verdad, contribuyan al inicio de la solución. YO CREO QUE HACEN FALTA ACCIONES.

Metidos como estamos en la vorágine de las informaciones televisivas y de Internet, pareciera que la única forma de cambiar las cosas sea la denuncia, la manifestación, la justa reivindicación. Quizás nos olvidamos que cada uno de nosotros puede hacer algo concreto para preservar el planeta y frenar el cambio climático.

Imaginaos, por ejemplo que cada uno de los habitantes de Zaragoza se compromete a plantar -y cuidar- uno, un sólo árbol, ¡al año! Nada más y nada menos que 706.904 árboles plantados ¡de una tacada!

Y puestos a imaginar, pensad en las casitas de pájaros que se podrían colocar en infinidad de emplazamientos sólo con que cada ciudadano colocara la suya. Esta sería otra estupenda manera de favorecer a las aves.


Qué decir de favorecer la siembra y el cuidado de plantas autóctonas que cobijen y den alimento a abejas y abejorros. O de extremar el cuidado en la no utilización de insecticidas, detergentes o cualquier producto tóxico para los animales o el medio ambiente.

Cantidad de iniciativas pueden materializarse sólo con poner manos a la obra. No hacen falta grandes recursos ni tampoco farragosos trámites para conseguir ayudas o subvenciones. Tú te compras el árbol, lo plantas y lo cuidas. Tú construyes la casita de pájaros y la instalas. Tú plantas semillas en el lugar que elijas y luego las mimas para que lleguen a buen término.

Si, amigos. Hay que mantener la presión recordando periódicamente a los políticos y a los poderosos cuáles son sus obligaciones con la ciudadanía y con el planeta. Pero, al mismo tiempo, yo veo compatible el materializar actuaciones y emprender iniciativas personales que contribuyan a mejorar la situación. WE HAVE THE POWER! 

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo con la importancia que tienen los gestos.
    El manos a la obra de actitud constructiva lo veo como detalles que portan las personas auténticas, muy comprometidas con el mensaje que requiere el cuidado del planeta donde vivimos.
    Las normas de urbanismo, el cuidado de nuestro entorno, el respetar las plantas, también es un actitud muy válida.
    Y maravilloso es por el compromiso tan importante, el ser actor directo de ponerse manos a la obra.
    No tardaremos mucho en concienciarnos.
    Ahora estamos en la época de las palabras, que algo es algo.
    No nos quedará otro remedio.
    Así,no es niebla y Sombra el porvenir.
    Velas reflexiones Don José Luis.saludos de Javier

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  2. Bueno la conciencia, mejor la acción y el ejemplo.

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