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jueves, 6 de mayo de 2021

Bichos


“Ignorar la maldad es convertirse en cómplice de ella.”

Martin Luther King


El año pasado, para estas fechas estaba plantando semillitas. Este año me he buscado una nueva ocupación: atender a mis bichos.

Además del perro -usualmente atendido por mi mujer- cuatro son los bichos a mi cargo que me proporcionan gran entretenimiento: los peces, las ranas, las lombrices y las abejas.

Los peces llevan un gran desarrollo. Desde que los descubrí el pasado mes de junio, han engordado un montón. Y no es porque le de mucho de comer. Sólo lo hago esporádicamente. Ellos se buscan la vida en su pecera natural que, por cierto, la mantienen impoluta sin un mosquito ni medio. 


Son -a la fuerza- callados y reservados pero también tienen su punto juguetón. En más de una ocasión los he visto saltar a buena altura. No se si será de alegría o quizás imbuidos por el deseo de buscar nuevos horizontes y escapar de la poza.

A veces, cuando llego a la parcela, me encuentro un gato negro, inmóvil subido al bordillo del estanque. Ahora ya tengo la explicación de por qué de vez en cuando aparece alguna raspa de pez por los alrededores.

Las ranas son más elusivas. En cuanto oyen algún ruido inusual o ven que me acerco, enseguida se zambullen. Van a su marcha. Su croar acompasado me recuerda viejos tiempos de observación de sus andanzas en la balsa del corral de Gabardilla.

 No se como llegaron a la poza pero -por lo que se ve- allí se encuentran muy a gusto.

Las lombrices han sido el descubrimiento de este año. Hace tiempo que tenía el empeño de generar mi propio compost y, en su momento, hice un pequeño pedido de lombriz californiana. ¡No veáis lo eficaces que son aprovechando toda la comida que les echo!

De manera que llevamos varios meses que en casa no se tiran desechos vegetales a la basura. Simplemente los almacenamos para, posteriormente, dárselos a las lombrices.

Me consta que la comida que les proporciono les agrada porque se están reproduciendo velozmente. Les pirran los restos de piña, de plátano y de cualquier fruta en general aunque no hacen ascos a casi nada que contenga fructosa o hidratos de carbono pero, eso si, deben estar en descomposición. Ese es el punto que necesitan para disfrutar de su menú.

Las abejas... ¡qué os voy a decir de las abejas! Este año está viniendo muy bueno para este gremio. Ya hemos capturado un buen número de enjambres. Además de llevar un registro individual de cada colmena, una de mis ocupaciones favoritas consiste -simple y llanamente- en pasar largos ratos observando cómo entran y salen mis amigas por la piquera.

Ahora, en primavera, es precisamente cuando más actividad hay en las colonias. Es curioso porque la obtención de miel ya no constituye el objetivo principal. Rescatar colonias urbanas y trasladarlas a un lugar tranquilo y seguro se ha convertido en la principal finalidad de nuestra asociación. Subvenir a sus necesidades para que puedan sobrevivir es una tarea prioritaria para nosotros.


Me doy cuenta que a mi me gustan los bichos en libertad o, si queréis, en libertad vigilada. Por eso no me he embarcado con gallinas, ovejas o cosas por el estilo. 

Mis bichos me ofrecen una visión ampliada de lo que representa la vida en este planeta. Y de que al fin y al cabo tanto ellos como nosotros nos ocupamos básicamente de lo mismo: alimentarnos y reproducirnos.

Por extensión no puedo menos sino preguntarme cómo serán los bichos de otros planetas habitables. Seguro que desarrollarán conductas similares a los de la tierra. 

¡El día que se anuncie el descubrimiento de vida en otro planeta nuestra visión del cosmos y de nosotros mismos como especie cambiará de arriba abajo!

1 comentario:

  1. Veo que sigues llenando tu mundo con sensibilidad, con tus acompañantes de campiña.
    Siempre están allí sin recriminar nada, y tú, el delicado protector.
    Ahora está todo en ebullición, saludos.

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