Cuando no tengas nada que perder serás libre.
Paulo Coelho
Me acuerdo de aquellos "casettes" que, con sorpresa, fueron llegando al pueblo a mediados de los años 60. También sorprendidos fuimos aprendiendo, poco a poco a familiarizarnos con el instrumento para escuchar una y otra vez nuestra música favorita.
De todas las funciones, la de "rebobinar" era la que más me entusiasmaba. La posibilidad de darle otra y otra vez para atrás a la cinta para que -de forma obediente- empezara de nuevo la canción repitiendo los ritmos que tanto nos gustaban. Aquello tenía un halo mágico; misterioso. Quizás fuera también porque el primer casette que escuché venía directamente de El Aaiún. ¡Yo que sé!
Me veo a mi mismo estos días recolectando semillas de todo tipo en los parajes más insospechados. El otoño es una estación magnífica para realizar esta tarea. Y la naturaleza es pródiga. Millones y millones de ellas son esparcidas dadivosamente cada año. El impulso vital que mueve este planeta no descansa (afortunadamente).
Me pregunto qué me impulsa a realizar esta tarea. Por qué me atrae tanto. Y cuál es la génesis de esta inclinación. Alguna explicación tiene que haber, digo yo.
Creo haber hallado la respuesta en los anclajes. Una palabra que ilustra a la perfección la imagen de aquello que sustenta el edificio. La carpa, si queréis, puesto que la vida de cada cual bien podría asimilarse a la de una construcción: más o menos sólida pero siempre efímera.
En mi caso el anclaje estaría ubicado -como suele ser habitual- en la infancia. Mi padre tenía huerto y yo iba viendo cómo año tras año, para estas fechas ponía a secar la simiente de muchas hortalizas para preparar el plantero para el año siguiente. Tanto entusiasmo ponía mi padre en la realización de esta tarea que estoy seguro de que esa misma emoción se me trasladaba al instante.
El anclaje pues, es el mismo. Pero el edificio es diferente. De una forma u otra cada generación recrea a su manera el mundo que ha heredado. Yo he ampliado la gama de semillas. Y las he organizado y clasificado a mi gusto.
De manera que aquí me tenéis entregado a la tarea de preparar la simiente para generar nuevas vidas al inicio de la primavera. También con ilusión. Repitiendo la secuencia. Rebobinando una y otra vez.
Buen símil el de rebobinar para atrapar costumbres de entonces.
ResponderEliminarLos anclajes importantes para actuar y guardar conocimientos.
El origen, la arena fina de observancia y aprendizaje en la infancia.
Igual el retomar las clases de vida y costumbres sería bueno para repoblar los pueblos.
Artículo profundo José Luis.
Las frases de entrada en tus artículos nos llevan a la reflexión.
Hasta otro día.
Y ahora que veo la betiquera y he recogido también sus semillas ya me contarás tu manera para germinarlas.
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