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sábado, 27 de julio de 2013

Tiempos de cambio

Iba a decir lentamente, pero no, los acontecimientos discurren con fugacidad y poco a poco los de mi generación nos vamos acercando a la jubilación. De hecho muchos lo han hecho ya. Un selecto grupo de afortunados pueden ya disponer de su tiempo sin imposición alguna de horarios y dedicándose a sus intereses y aficiones personales. Gracia que muchos esperamos alcanzar cuando llegue el momento.

Y mientras tanto vamos asistiendo a eventos y acontecimientos que no nos dejan impasibles: padres con muchos años a sus espaldas, hijos que se van haciendo mayores, trabajos que empiezan a ser repetitivos y nosotros mismos -y nuestra pareja- envejeciendo en el camino hacia el ineluctable destino que a todos nos aguarda.

Son tiempos de cambio. De ajuste personal. Toca revisar el camino ya recorrido y preparar de la mejor forma posible el trayecto que pueda quedar. Siempre y cuando acompañe la salud... Premisa básica para el bienestar personal y cualquier proyecto que queramos emprender.

Y hay que ir perfilando los planes de futuro. Destilar aficiones para dedicarnos a ellas con intensidad cuando nos den vía libre. Repasar relaciones personales. Contactar periódicamente con nuestros amigos, especialmente con los más cercanos a nuestra esfera personal. Cuidar la alimentación y el estilo de vida. Hacer ejercicio físico, participar en la vida social...

Y leer y formarnos. Aprender de los que más saben sobre esta etapa. De los más cualificados. Son orientaciones e indicaciones muy válidas para una mejor adaptación a los nuevos tiempos...

La experiencia acumulada en los años que hemos vivido nos va ayudar sobremanera y, afortunadamente, contamos con herramientas para extraer el máximo disfrute de los tiempos de jubilación. Aunque la situación económica no acompañe, somos adaptables, sabremos vivir con menos.

Y en el tramos final que nos pueda quedar en el trabajo, debemos dar lo mejor de nosotros mismos. Nada de contar los días que faltan. Al revés. Hemos de demostrar un desempeño excelente y actuar como si quedara todavía mucho tiempo. Renovar nuestra ilusión día a día. Es el único camino, la única vía posible hacia la realización personal.

El cambio en sí mismo no es bueno ni malo. Es una consecuencia lógica del paso del tiempo. Algo en lo que todos estamos embarcados. También nuestra madre tierra y el universo en su totalidad están en constante cambio. Nada es inmutable. Tengamos siempre presente esta realidad y aceptémosla tal como viene.

1 comentario:

  1. Aleccionador artículo, e informador de lo que el tiempo templa. Nos vamos acercando a la zona del descanso del guerrero. Ganas hailas, pero para la norma nos queda algún pequeño recorrido..., también más juventud, porque los años de más también se notarán en el lienzo. Has presentado una estampa preciosa de lo que puede ser la jubilación. Allí estaremos. Un abrazo de Javier....,voy a prepararme el lápiz nuevo y la goma de MILAN....,

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