Nunca había oído hablar de Monforte de Moyuela, aunque sí me sonaban algunos pueblos cercanos: Loscos, Mezquita de Loscos y Santa Cruz de Nogueras. Por ese mismo motivo me pareció más interesante la reseña que aparecía en la web de Turismo de Aragón indicando que allí se iban a celebrar las primeras jornadas de la matacía el sábado 21 de enero, invitando a los asistentes a participar activamente en el proceso de elaboración del mondongo así como en el resto de las actividades (comida, merienda y cena), todo ello por el módico precio de 5€ por persona.
El primer paso obligado fue consultar a "San Google". Su pariente "Google Maps" nos proporcionó todo tipo de detalles sobre el mejor itinerario desde Zaragoza, los kilómetros a recorrer y los tiempos invertidos. Evidentemente no pudo pronunciarse respecto a la previsión de cómo lo íbamos a pasar porque le faltaban parámetros para calcularlo.
Así que provistos del mapa y con las oportunas indicaciones respecto a los desvíos, partimos sobre las 10:20 mi señora y yo dispuestos ambos a disfrutar de lo que prometía ser una interesante jornada.
Primero hicimos el recorrido por la A2 dirección Barcelona hasta el desvío a la autovía autonómica ARA 1, que nos encarriló hacia la carretera A222 en dirección Belchite-Montalbán. No citaré -por no ser prolijo- el resto de las poblaciones por las que pasamos y sólo diré que el recorrido fue rápido y agradable. Las carreteras estaban en buenas condiciones. Cuando llegamos a Moyuela, nos detuvimos un momento para tomar un cortado y después continuar.
Llegados al desvío para Monforte o Ferreruela, hubo un breve momento de confusión ya que la tapa de un contenedor de basura nos ocultaba el cartel de la primera población. Subsanada la incidencia avanzamos con decisión hacia nuestro destino.
A la entrada de la población ya se adivinaba cierto movimento. La intuición desarrollada en otros viajes determinó que aparcáramos muy cerca de donde se iba a desarrollar todo el proceso de la matacía.
Efectivamente, en el pablellón del pueblo se podía observar un intenso trajín: las señoras ya estaban entregadas a la labor de despiece del cerdo y el resto del personal colaboraba en el buen desarrollo del proceso, aportando cada uno su particular cuota de ayuda.
Enseguida contactamos con los organizadores que nos inscribieron en la actividad, abonando los 5€ por persona estipulados. También rápidamente iniciamos el contacto con distintas personas del pueblo que nos fueron explicando las particularidades de la iniciativa y los proyectos de nuevas jornadas a desarrollar en la localidad, todo ello con el fin de dinamizar la población y atraer el turismo a la zona.
Realizado este primer acercamiento, decidimos dar una vuelta por el pueblo. En el casco urbano se mezclan casas viejas y medio derruidas con edificios restaurados o de nueva planta. Fotos por aquí y por allá y, siempre omnipresente la excitación de caminar por primera vez por esos fueros.
De cuando en cuando trabábamos conversación con los lugareños que, en todos los casos, se mostraban muy amables y acogedores. Como nos detuviéramos mirando una casa en construcción, un señor -cuyo hijo era el propietario del edificio- nos invitó a entrar y nos explicó con todo detalle las particularidades de la edificación. Posteriormente también nos acompañó, con su mujer, en la comida colectiva que se celebró en el pabellón.
De vuelta al emplazamiento inicial, ya pudimos constatar los avances en el mondongo: las capoladoras iban a toda marcha y el émbolo para el embutido se manejaba con gran habilidad. Poco a poco el surtido de productos del cerdo iba saliendo de las manos de las expertas señoras que acreditaban una gran habilidad y experiencia en estos menesteres.
Así, encima de las mesas, en sus palanganas, empezaron a aparecer longanizas, chorizos, choricetas, morcillas, bolas y demás productos. Los cuartos traseros y delanteros, el costillar, la cinta de lomo, chuletas y paletilla también se dejaron ver. De nuevo se evidenció que del cerdo se aprovechan hasta las patas.
Mientras tanto, en unas sartenes aparte se preparaba una caldereta con las vísceras del cerdo bien limpias: el corazón, los riñones, el hígado, el liviano, etc.
En un determinado momento se dio la orden de iniciar el yantar y todos los asistentes, en gran armonía, comenzamos a degustar, en primer lugar unas estupendas judías pochas y, posteriormente la caldereta acompañada de una fuente de escarola para que pasara mejor. Todo ello regado con tinto de Lécera que circulaba en abundancia.
Después de la primera y segunda acometida, abordamos el melocotón con vino, quedando todavía en nuestros estómagos un rincón para el café y -el que quiso- la copa de wisky o licor.
El ambiente se iba animando y los cerca de 130 participantes en la comida departíamos con ardor sobre esto o aquello. A iniciativa de las jóvenes de la asociación, rápidamente se pusieron en circulación multitud de cartones para jugar al bingo. No obtuvimos premio alguno aunque ya habíamos cantado línea y hasta bingo sólo por el hecho de departir amigablemente con Lidia, Isabel, Raquel (presidenta de la asociación monfortina) y con José Gracia, el alcalde del pueblo que, con gran amabilidad atendieron todas nuestras preguntas y nos dieron todo tipo de explicaciones.
De buena gana nos hubiéramos quedado a la merienda y también a la cena, encantados como estábamos de tan agradable compañía, pero la prudencia y el deseo de no llegar demasiado tarde a casa, nos aconsejaron emprender nuestro viaje de regreso a la ciudad.
Según nos íbamos alejando de Monforte íbamos dejando atrás una estela de satisfacción y agradecimiento por la magnífica jornada que habíamos pasado. De momento quedamos emplazados para volver en 2013 a las IV jornadas del Cid.
Eso si antes no se organiza algún otro evento al que, seguro que también nos apuntaríamos. Vimos mucha energía y muchas ganas de hacer cosas. También una gran armonía y colaboración entre todos los vecinos: jóvenes y mayores. De esos mimbres tienen que salir unos estupendos canastos...
Eso si antes no se organiza algún otro evento al que, seguro que también nos apuntaríamos. Vimos mucha energía y muchas ganas de hacer cosas. También una gran armonía y colaboración entre todos los vecinos: jóvenes y mayores. De esos mimbres tienen que salir unos estupendos canastos...
Muchas gracias por todo José Luis.
ResponderEliminarEstamos en contacto. ¡Aún tenemos muchas cosas más que enseñarte en Monforte!
Un saludo para los dos.
Raquel.
Fué todo un placer compartir nuestra jornada con vosotros y os esperamos en la próxima. Un saludo y Gracias por venir a los dos.
ResponderEliminarUn precioso reportaje el que has presentado esta semana, veo que os trataron muy bien en Monforte de Moyuela .En todas las comunidades pequeñas se esfuerzan por llevar una vida más amena y con ideas innovadoras, para que se sepa que están ahí.Estas actitudes son las que harían falta para conformar un pais serio.Enhorabuena.
ResponderEliminarPues muchas gracias a los tres por vuestros ánimos. Realmente en estas situaciones es cuando se visualiza que Internet favorece el contacto de las almas gemelas. ¡Eso constituye una gran oportunidad de mejora de este mundo en todos los sentidos! Gracias de nuevo.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo. JL Pueyo
¡Ah y otra cosa! en mi coche siempre hay disponibles al menos 3 asientos. Así que si en algún momento os animáis a compartir con nosotros alguna salida, no tenéis más que decírmelo. Un caluroso saludo de nuevo. JL
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