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domingo, 29 de enero de 2012

San Valero 2012 ¡Una doble de museos!

Dispuesto este año a disfrutar a tope del día de San Valero, lo primero que hice el sábado fue repasar la programación que ofrecía el ayuntamiento para la jornada. Tomé meticulosa nota de los eventos que más me interesaban: la visita guiada al ayuntamiento y la entrada gratuita a los museos de la ciudad y hoy, domingo, sobre las 9:20 de la mañana ya me encontraba en la plaza del Pilar, preparado para paladear lo que se adivinaba como una estupenda jornada de finales de enero.

Una banda de música desafiaba el aire y el frío mañanero y se arrancaba con una alegre melodía. Las vendedoras de roscón ya habían ocupado sus emplazamientos y una generosa cola de personas esperaba la oportuna orden para tomar una porción del preciado -gratuito- manjar repostero.

Por mi parte, me he encaminado rápido a las puertas del ayuntamiento en la creencia que las visitas guiadas comenzaban a las 9. Un señor de 78 años muy bien llevados -el único presente en la fila- me ha advertido del subsanable error, pues las visitas, según me ha dicho, comenzaban a las 10.

Con él he trabado amena conversación. Enseguida han coincidido nuestros intereses pues ambos hemos resultado ser amantes del senderismo. De modo admirable, él me ha relatado cómo estos dos últimos años los ha dedicado a recorrer el Canal Imperial por su margen izquierda desde Fontellas en Navarra hasta El Burgo de Ebro ya en nuestra tierra. Yo me he quedado boquiabierto ante tal despliegue de energía y estas reflexiones me han dado muchos ánimos para pensar la cantidad de cosas que todavía puedo hacer -si Dios quiere- después de la jubilación.

Entre unas cosas y otras se ha hecho la hora de entrar en el edificio consistorial y, para sorpresa nuestra, el propio alcalde ha salido en persona a saludar a los miembros de nuestro primer grupo, de uno en uno. Luego, acompañados de una excelente guía hemos ido recorriendo las distintas dependencias del consistorio, deteniéndonos de vez en cuando para apreciar mejor las virtudes de este cuadro, el origen de este adorno o la procedencia de aquella mesa.

De nuevo nos hemos sorprendido muy gratamente cuando al llegar al despacho del alcalde, el propio Juan Alberto Belloch se ha ofrecido para explicarnos las particularidades de su lugar habitual de trabajo. Con muy buenas habilidades didácticas nos ha comentado el hallazgo y restauración de la mesa de su despacho, del siglo XIX, dos de las medallas otorgadas a la ciudad: la de San Sebastián y la de Soria, el busto de Goya, el artesonado del techo, etc, etc.

Yo, mientras tanto, aprovechaba esta inusitada oportunidad para tomar varios vídeos con las explicaciones del regidor de la ciudad, e incluso he aprovechado para que un señor del grupo, muy majo, nos sacara también a mí y al alcalde.

El munícipe se ha despedido y la visita ha continuado según los cánones establecidos. Para finalizar, se nos ha mostrado la sala de recepciones y, en la misma, era de notar el curioso detalle de los cuadros de todos los alcaldes, que han sido, de Zaragoza desde el siglo XIX. Curiosamente, faltaba el de Belloch, aunque luego he pensado que el boceto no se pergeñará hasta que termine definitivamente su mandato.

La guía nos ha sugerido, amablemente, ir descendiendo las escalinatas de acceso a la primera planta y, finalmente, se ha despedido de nosotros pues ya estaba un nuevo grupo preparado para la visita.

Me he encaminado luego al museo del puerto fluvial de Caesaraugusta ya que, al ser San Valero, la entrada era gratuita y allí me he admirado de la imponente obra que se adivina al contemplar los cimientos de lo que, en su momento, fue un monumental conjunto que formaba parte del foro de la ciudad. Las dimensiones de los basamentos de las pilastras y las escalinatas que comunicaban con los muelles del puerto dan, igualmente, fe de la magnífica obra desarrollada en sus inicios, al menos, por los soldados de las legiones VI Victrix y X Gémina, fundadoras, junto con la IV Macedónica, de Caesaraugusta.

Unas ánforas muy bien conservadas se muestran así mismo en el recinto, con la particularidad de que algunas de ellas todavía conservan las leyendas de su contenido.

Desde la Plaza San Bruno me he desplazado a la calle San Juan y San Pedro, donde se ubica el otro pequeño museo también muy interesante: el de las termas públicas. Allí los vestigios son más escasos pero con todo, se adivinan perfectamente -gracias a la restauración- los restos de lo que fueron unas letrinas y el vaso de lo que fue una piscina pública porticada al aire libre. La actividad de las termas, por lo que indica la cartelería, abarcó desde el siglo I a.C. hasta el siglo IV d.C.

No me detendré en las mil y una reflexiones que venían a mi mente a cada paso que daba en ambos museos. Algunas son las habituales: la fugacidad de la vida y los afanes de nuestros antepasados. Otras derivaban ya por el terreno metafísico: el sentido de todo ese esfuerzo, de tanta lucha por conquistar gentes y territorios, que aparece siempre como algo inseparable de la historia de la humanidad.

He constatado que la intensidad del viento y del frío se hacía más patente después de las tres visitas y sin pensármelo dos veces, me he encaminado hacia el Puente de Hierro para tomar la ruta de vuelta a casa. Sabedor de la tradición zaragozana por estas fechas, considero que los rituales básicos: roscón y viento se han cumplido. El añadido de la visita al ayuntamiento y los dos museos ha constituído, sin duda, mi particular enriquecimiento de la experiencia de hoy, día de San Valero.  

domingo, 22 de enero de 2012

Primera jornada de la matacía en Monforte de Moyuela

Nunca había oído hablar de Monforte de Moyuela, aunque sí me sonaban algunos pueblos cercanos: Loscos, Mezquita de Loscos y Santa Cruz de Nogueras. Por ese mismo motivo me pareció más interesante la reseña que aparecía en la web de Turismo de Aragón indicando que allí se iban a celebrar las primeras jornadas de la matacía el sábado 21 de enero, invitando a los asistentes a participar activamente en el proceso de elaboración del mondongo así como en el  resto de las actividades (comida, merienda y cena), todo ello por el módico precio de 5€ por persona.

El primer paso obligado fue consultar a "San Google". Su pariente "Google Maps" nos proporcionó todo tipo de detalles sobre el mejor itinerario desde Zaragoza, los kilómetros a recorrer y los tiempos invertidos. Evidentemente no pudo pronunciarse respecto a la previsión de cómo lo íbamos a pasar porque le faltaban parámetros para calcularlo.

Así que provistos del mapa y con las oportunas indicaciones respecto a los desvíos, partimos sobre las 10:20 mi señora y yo dispuestos ambos a disfrutar de lo que prometía ser una interesante jornada.

Primero hicimos el recorrido por la A2 dirección Barcelona hasta el desvío a la autovía autonómica ARA 1, que nos encarriló hacia la carretera A222 en dirección Belchite-Montalbán. No citaré -por no ser prolijo- el resto de las poblaciones por las que pasamos y sólo diré que el recorrido fue rápido y agradable. Las carreteras estaban en buenas condiciones. Cuando llegamos a Moyuela, nos detuvimos un momento para tomar un cortado y después continuar.

Llegados al desvío para Monforte o Ferreruela, hubo un breve momento de confusión ya que la tapa de un contenedor de basura nos ocultaba el cartel de la primera población. Subsanada la incidencia avanzamos con decisión hacia nuestro destino.

A la entrada de la población ya se adivinaba cierto movimento. La intuición desarrollada en otros viajes determinó que aparcáramos muy cerca de donde se iba a desarrollar todo el proceso de la matacía.

Efectivamente, en el pablellón del pueblo se podía observar un intenso trajín: las señoras ya estaban entregadas a la labor de despiece del cerdo y el resto del personal colaboraba en el buen desarrollo del proceso, aportando cada uno su particular cuota de ayuda.

Enseguida contactamos con los organizadores que nos inscribieron en la actividad, abonando los 5€ por persona estipulados. También rápidamente iniciamos el contacto con distintas personas del pueblo que nos fueron explicando las particularidades de la iniciativa y los proyectos de nuevas jornadas a desarrollar en la localidad, todo ello con el fin de dinamizar la población y atraer el turismo a la zona.

Realizado este primer acercamiento, decidimos dar una vuelta por el pueblo. En el casco urbano se mezclan casas viejas y medio derruidas con edificios restaurados o de nueva planta. Fotos por aquí y por allá y, siempre omnipresente la excitación de caminar por primera vez por esos fueros.

De cuando en cuando trabábamos conversación con los lugareños que, en todos los casos, se mostraban muy amables y acogedores. Como nos detuviéramos mirando una casa en construcción, un señor -cuyo hijo era el propietario del edificio- nos invitó a entrar y nos explicó con todo detalle las particularidades de la edificación. Posteriormente también nos acompañó, con su mujer, en la comida colectiva que se celebró en el pabellón.

De vuelta al emplazamiento inicial, ya pudimos constatar los avances en el mondongo: las capoladoras iban a toda marcha y el émbolo para el embutido se manejaba con gran habilidad. Poco a poco el surtido de productos del cerdo iba saliendo de las manos de las expertas señoras que acreditaban una gran habilidad y experiencia en estos menesteres.

Así, encima de las mesas, en sus palanganas, empezaron a aparecer longanizas, chorizos, choricetas, morcillas, bolas y demás productos. Los cuartos traseros y delanteros, el costillar, la cinta de lomo, chuletas y paletilla también se dejaron ver. De nuevo se evidenció que del cerdo se aprovechan hasta las patas.

Mientras tanto, en unas sartenes aparte se preparaba una caldereta con las vísceras del cerdo bien limpias: el corazón, los riñones, el hígado, el liviano, etc.

En un determinado momento se dio la orden de iniciar el yantar y todos los asistentes, en gran armonía, comenzamos a degustar, en primer lugar unas estupendas judías pochas y, posteriormente la caldereta acompañada de una fuente de escarola para que pasara mejor. Todo ello regado con tinto de Lécera que circulaba en abundancia.
Después de la primera y segunda acometida, abordamos el melocotón con vino, quedando todavía en nuestros estómagos un rincón para el café y -el que quiso- la copa de wisky o licor.

El ambiente se iba animando y los cerca de 130 participantes en la comida departíamos con ardor sobre esto o aquello. A iniciativa de las jóvenes de la asociación, rápidamente se pusieron en circulación multitud de cartones para jugar al bingo. No obtuvimos premio alguno aunque ya habíamos cantado línea y hasta bingo sólo por el hecho de departir amigablemente con Lidia, Isabel, Raquel (presidenta de la asociación monfortina) y con José Gracia, el alcalde del pueblo que, con gran amabilidad atendieron todas nuestras preguntas y nos dieron todo tipo de explicaciones.

De buena gana nos hubiéramos quedado a la merienda y también a la cena, encantados como estábamos de tan agradable compañía, pero la prudencia y el deseo de no llegar demasiado tarde a casa, nos aconsejaron emprender nuestro viaje de regreso a la ciudad.

Según nos íbamos alejando de Monforte íbamos dejando atrás una estela de satisfacción y agradecimiento por la magnífica jornada que habíamos pasado. De momento quedamos emplazados para volver en 2013 a las IV jornadas del Cid.

Eso si antes no se organiza algún otro evento al que, seguro que también nos apuntaríamos. Vimos mucha energía y muchas ganas de hacer cosas. También una gran armonía y colaboración entre todos los vecinos: jóvenes y mayores. De esos mimbres tienen que salir unos estupendos canastos...    

sábado, 21 de enero de 2012

Fiestas de San Sebastián en Pradilla de Ebro

Con enérgica decisión tomé el viernes el camino de Pradilla con el fin de llegar a tiempo a la misa y demás actos en honor a San Sebastián. El viaje se me hizo extrañamente corto. El día lucía espléndido y todavía me quedó tiempo para hacer una foto a las salinas de Remolinos.

Cuando llegué al pueblo ya se respiraba atmósfera de día festivo. Señores y señoras mayores salían de sus casas y se dirigían, engalanados, a la iglesia, lugar de referencia para dar el pistoletazo de salida a las fiestas en honor de su santo patrón.

Poco a poco en la puerta de la iglesia se fue congregando un público de lo más variopinto: mayores, jóvenes y niños compartían en alegre alboroto la ilusión de comenzar las fiestas. Cuando llegó la banda de música y aparecieron los danzantes, comprendí que el comienzo del atávico ceremonial era inminente.

Salieron los santos de la iglesia: La inmaculada, otra virgen más y San Sebastián y delante de ellos iban los danzantes (pequeños y mayores) para tomar posiciones en la plaza. Allí comenzó el antiquísimo ritual del paso de los danzantes por debajo de la peana de los santos para luego volver a su ubicación inicial y recorrer en procesión -bailando el paloteau- las calles del pueblo con el fin de retornar de nuevo a la iglesia.

El rítmico sonsonete de la banda de música servía de fondo y referencia para la evoluciones de los danzantes y la reiterada cadencia de sus sones generaba un invisible magnetismo que se perfundía entre todos los asistentes.

Llegados del nuevo al templo, los santos fueron introducidos devotamente en el mismo y los feligreses tomamos posiciones para atender al sacerdote oficiante (mexicano) y sus dos acólitos. Rápidamente empezaron a escucharse los sones de guitarras y bandurrias y las jotas de inicio de la misa baturra.

La misa también se me hizo muy corta. Agradecí el suave acento mejicano del cura en la prédica, y los cantes y sones de la rondalla. La celebración estaba muy bien preparada y no faltó detalle alguno, desde las ofrendas de los niños hasta las campanadas de la consagración continuando por el pase para besar la reliquia del santo. Yo también me sumé a este último ritual.

A la salida de la iglesia, unas señoras repartían generosos trozos de bizcocho bendecido. Tomé y me comí uno de ellos y como estaba buenísimo, con algo de pudor, volví a repetir.

Terminado el acto religioso, todo se preparó para continuar con los actos profanos. Ahora sólo se sacó a San Sebastián y, de nuevo en alegre alborozo festivo, música, danzantes y demás participantes, nos desplazamos hasta la casa consistorial.

Allí dio comienzo la tercera parte de las celebraciones. En primer lugar, los mayorales de los danzantes entablaron un antiquísimo diálogo en verso acerca de la preparación de una batalla en el que se destacaba el valor de las tropas españolas frente a las berberiscas. Allí se fueron desgranando las virtudes y excelencias de los nuestros y también las del otro bando. Al final del recitado, el general cristiano perdona generosamente la vida al caudillo almohave y le emplaza a volver a Marruecos. Aquí paz y después gloria.

Con posterioridad, los niños y niñas danzarines, iniciaron el baile de las cintas y, aunque tuvieron que repetirlo en dos ocasiones, finalmente salieron victoriosos del trenzado y destrenzado de las mismas.

De nuevo tomaron posiciones los danzantes mayores para ir pasando de uno en uno frente a San Sebastián, recitarle sus mejores versos y someterse a las jocosas cuartetas que les dedicaron los mayorales.

Sólo restaba el baile de las cintas y el paloteado final que los mayores ejecutaron con magnífica precisión. Al finalizar, todo el público aplaudimos rabiosamente y los danzantes -un tanto fatigados- se retiraron y fundieron en abrazos con sus familiares.

Debo reconocer que me emocioné en varias ocasiones. Por una parte recordaba las hogueras de mi pueblo (Uncastillo) y la procesión del santo por sus calles en las que yo, cuando era niño, también participaba. La misa baturra también me llenó de sentimiento. Es inevitable, en los de mi edad, al oir una jota bien cantada.

La magnífica preparación y desarrollo de todos los actos me dejó muy gratamente sorprendido. La armonía, alegría y alborozo que todo el pueblo de Pradilla manifestaba, me dio que pensar -por contraste- con el aire un tanto fúnebre que yo percibía en las procesiones y otros eventos civiles de mi pueblo.

Seguro que los sufrimientos por los que tuvo que pasar la población uncastillera en los años anteriores y posteriores a la guerra civil dejaron esa triste huella invisible omnipresente en todas las celebraciones.

 Pensaba quedarme a comer en un restaurante del pueblo pero consideré que lo más importante ya estaba visto. Me hubiera gustado presenciar la entrega de una placa como hija predilecta del pueblo a Yaiza (ex alumna de la academia Barandal, con cuyos padres mantengo una cordial relación) pero me decidí por volver a casa a una hora prudencial. En mi recorrido de vuelta repasé una y otra vez los sonsonetes de la música y las imágenes de todo lo vivido. Decidí que al año que viene, si Dios quiere, volveré de nuevo a Pradilla.    

domingo, 15 de enero de 2012

Hay gente para todo

La asistencia al concierto de la JONDE (Joven orquesta nacional de España) no ha estado desprovista de vicisitudes. Comenzando por un equívoco en el día de la actuación y siguiendo por la búsqueda de alguien que pudiera acompañarme al concierto al fallarme la compañía de mi señora.

Respecto al día, al sacar las entradas en el cajero de la CAI, pues no me fijé bien y, en lugar de sacarlas para el domingo, día 15, tal como tenía previsto, las cogí para el sábado 14. Tampoco me fijé bien en la hora del concierto que, finalmente fue a las 20:15. Lo mismo ocurrió con el precio de la localidad. Yo contaba con gastarme unos 12 € por entrada, pero las pocas plazas que quedaban libres correspondían a la Primera Platea y costaban la friolera de 40 € cada una.

A pesar que la inversión me ha desbaratado mi presupuesto mensual, no me lo pensé mucho porque en El Periplo, entre otras cosas, se sigue el lema de que "Lo que se dice, se hace". Saqué, por tanto las entradas y, tal como detallaré, asistí gozoso al concierto. Debo decir que no me he arrepentido de la decisión.

El acompañante elegido no ha podido ser mejor: Juan Antonio Castaño. De todos es conocida su afición a la música y sus pinitos con distintos instrumentos. También su entusiasmo por las actividades que acomete. Él me sugirió que nos vistiéramos elegantes para la ocasión y, además se ofreció a llevarme hasta el auditorio en su deslumbrante Jaguar.

Nos presentamos en el auditorio sobre las 20:00 horas. Justo en ese momento salía el público del estadio de La Romareda. Los hinchas del Zaragoza muy cabreados y con cara de pocos amigos. Hoy me entero en el periódico que, por lo visto, gritaron, patalearon y abuchearon de lo lindo a Agapito. Los amantes de la música todavía permanecían fuera del auditorio. Cuando confluyeron ambas aficiones aprovechamos con Juan Antonio para hacernos una foto de recuerdo pues era de resaltar la extraña mezcla de algunas señoras muy empacadas junto a lo más granado y vociferante de la afición futbolera.

Una vez que pasamos al interior del recinto, todavía nos quedó un margen de maniobra para cincunvalar la Sala Mozart, a la espera de que se hiciera la hora. Finalmente, sobre las 20:10 pasamos al interior de la sala.

Ya los músicos empezaban a sacar y afinar sus instrumentos y los asistentes terminaban de acomodarse. Nos tocaba la fila primera, pegada al escenario y con no muy buena visibilidad. Como ya es habitual en él, Juan Antonio analizó la situación y rápidamente descubrió que, detrás de nosotros, tres filas más arriba había asientos libres. Sin pensárselo dos veces me emplazó para que nos ubicáramos en esa mejor situación. Fue un acierto. El disfrute del concierto no hubiera tenido nada que ver si nos hubiéramos mantenido en la primera ubicación.

Después de una breve sesión afinatoria por los, aproximadamente 100 jóvenes músicos de la orquesta, salió el director invitado, Alejandro Posada y, rápidamente se hizo el silencio... y empezó el concierto.

Mientras me deleitaba con la magnífica ejecución de los virtuosos, mi mente iba de un lado a otro, unas veces recreándome en el grácil sonido de las composiciones y otras elucubrando y haciendo cábalas sobre los jóvenes que allí estaban tocando.

Pensé, en primer lugar, en el riguroso proceso de selección que habrán pasado los componentes de la orquesta para obtener una plaza en la misma. También me imaginé las horas y horas de aprendizaje y ensayos que habrán tenido que dedicar para alcanzar el grado de maestría con el que tañen cuerda y percusión y suena la sección de viento.

El caso es que la suite "La noche de los mayas" de la primera parte, que dura aproximadamente unos 36 minutos se me hizo mucho más corta. Se diría que entre el virtuosismo de los jóvenes de la orquesta y las variaciones del tema, el tiempo quedó como comprimido en mi cerebro.

La segunda parte también discurrió rápida. Interpretaron "Candombe" de S. Cervetti y "Pinos de Roma" de O. Respighi. Mi atención iba pasando desde las muchachas que tocaban límpidamente los primeros violines hasta la percusión del fondo, pasando por los segundos violines, las violas, los violonchelos, los contrabajos, las flautas, los oboes y clarinetes, los fagotes, las trompas y trompetas, los trombones y las tubas, sin olvidarnos de las arpas y el piano; tal era la riqueza y complejidad de los instrumentos que allí sonaban.

¡Qué magnifica unificación de sonidos! ¡Qué maravilla de interpretación! Gracias a las enérgicas indicaciones del director de la orquesta el centenar de músicos respondían como un solo ente a las variaciones que ordenaba su jefe. El resultado final fue, desde luego, espectacular. El precio pagado por asistir al concierto quedaba arrumbado y empequeñecido ante tamaña magistral ejecución.

El público asistente aplaudimos con generosidad. Uno tras otro, los intérpretes más sobresalientes fueron invitados por el director a ponerse en pie. Finalmente una atronadora salva de nuevos aplausos despidieron a Alejandro Posada y su orquesta.

 En fin, una experiencia apasionante y divertida. No va a ser la última vez que acuda al auditorio. Volveré a deleitarme con nuevos conciertos. Eso sí, me fijaré bien en el día, la hora y el precio de las entradas.   

domingo, 8 de enero de 2012

Disquisiciones sobre el cerebro, la herencia y el medio

He llegado antes de que las puertas del Palacio de Sástago se hubieran abierto. Sobre las 10:57. Con tiempo suficiente para hacerme una foto con el cartel indicador de la exposición al fondo. He sido el segundo en entrar porque se me ha adelantado un señor que, impaciente, esperaba la apertura de la exposición. Nada más entrar, he preguntado si se podían hacer fotos "sin flash" y la señorita amable me ha confirmado esta posibilidad. De nuevo miel sobre hojuelas. Así puedo quedarme con un buen recuerdo de la muestra.

He comenzado fotografiando el árbol genealógico de la estirpe pero, desafortunadamente, la foto ha salido borrosa y no puedo mostrarla. A continuación me he preparado para el deleite de la contemplación sin prisas y con minuciosidad, de cada uno de los cuadros.

A mí, el arte abstracto no me dice gran cosa, pero admiro la pintura realista, la capacidad de los pintores artistas que reproducen fielmente lo que ven. En esta ocasión, estamos ante una saga de ellos. Comenzando por el padre, José de Madrazo y continuando por los que le sucedieron.

Se centraron sobre todo en los retratos de personajes nobles e ilustres y también en los miembros de su propia familia. Recorriendo las salas, van desfilando prohombres, hijos de la nobleza, condes y condesas y reinas consortes. Todos quedan inmortalizados por el abuelo José, su hijo Federico o su nieto Raimundo, entre otros.
¿Cómo puede ser que toda la familia pintora posea ese algo mágico, ese toque especial capaz de dotar del hálito de vida a sus retratados? ¿Se hereda esa capacidad para reproducir con los pinceles los mil y un matices de un rostro y de su mirada? ¿Disponemos todos de ese don pero sólo lo desarrollan los que reciben suficiente estimulación para que se manifieste? ¿Seremos capaces, alguna vez, de localizar la región o regiones cerebrales desde las que se perfunde el arte retratístico? O, si ya no procede hablar de regiones cerebrales; ¿Qué mecanismos neurológicos se ponen en marcha, se activan, para dar lugar a tan bellas obras de arte?

Preguntas y más preguntas que surgen al hilo de la contemplación de la muestra. Preguntas sin respuestas claras, contundentes, porque la ciencia todavía no puede dar cuenta de muchas incógnitas de la realidad que nos circunda.

Los cuadros que más me han llamado la atención son los de personajes ya maduros que posan con solemnidad sabedores de que, en breve, sólo el reflejo de lo que fueron quedará plasmado en la tela gracias al arte del pintor. También los retratos de niños, niñas e infantes con su mirada ingenua detenida en el tiempo. Los reyes y las reinas son otro cantar. En su pose y en su mirada creo adivinar su equívoca convicción de que van a vivir eternamente...

Recomiendo vivamente la exposición a los que se interrogan por todas estas cuestiones, a los curiosos, a los aficionados y entendidos, incluso a los que no les gusta para nada la pintura... Al igual que yo, seguro que después de contemplarla, muchas cosas se remueven en su mente... y en su corazón.

PRÓXIMOS EVENTOS DE PERIPLO:

- Domingo, día 15 de enero, a las 11:30, JONDE (Joven orquesta nacional de España). En el auditorio. XXXII ciclo de introducción a la música.
- Viernes, día 19 de enero, Fiestas de San Sebastián en Pradilla de Ebro.
- Domingo, día 29 de enero, San Valero. Pendiente concreción de la actividad a realizar en Zaragoza.   

martes, 3 de enero de 2012

Celebrada la primera blogquedada

Hoy día 3-1-12 ha tenido lugar la primera blogquedada. Para más información, visita el enlace Blogquedadas en esta misma página.

domingo, 1 de enero de 2012

Yo estuve allí

Yo he acudido a la cita a su hora, pero la exposición estaba cerrada. La inveterada costumbre hispánica de no avisar a tiempo se ha materializado de nuevo. En principio, el folleto de la exposición rezaba así: abierto domingos y festivos de 10 a 14 horas. En ningún lugar se explicaba que el día de año nuevo, constituía una excepción, a pesar de ser festivo. La visita se aplaza, por tanto, para otro día.

Pero el día lucía espléndido, así que miel sobre hojuelas, he pensado, y me he dedicado a pasear por las vacías calles de la ciudad, recorridas solamente por gente, como yo, ya entradita en años y sin la rémora de la falta de sueño unida a los excesos alcohólicos de la pasada nochevieja.

Año nuevo y vida nueva. El comienzo de año trae muchas novedades para la asociación El Periplo. El día 30 de diciembre se celebró la asamblea general de la asociación de la que salió elegida la nueva junta directiva. Se va a diseñar un nuevo logo, se acordó establecer una cuota de 12 € anuales para los socios y se plantearon las propuestas de actividades a realizar en 2012. En su momento se dará cuenta puntual de la programación prevista.

Los nuevos programas que se plantearon se van a ir incorporando progresivamente a este blog. La idea es utilizar esta plataforma para aglutinar las distintas actuaciones.

Así es que ¡continuamos avanzando! Hoy es el día más propicio para reafirmar nuestra visión, concretada en el lema estrella de la asociación:

SACO LO MEJOR DE MÍ Y LO COMPARTO CON LOS DEMÁS. 

¡Ah!, para el próximo domingo día 8 de enero, la actividad que se ha previsto es la visita a la exposición "El mundo de los Madrazo" en la que se pueden contemplar obras de tres generaciones de pintores. La cita, a las 11 de la mañana, en la sala de exposiciones del Palacio de Sástago.