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viernes, 9 de octubre de 2020

Las pruebas

“El fumar mata y si te mueres has perdido una parte muy importante de tu vida”.

Brooke Shields

Todos los años por estas fechas se repite una secuencia de periodicidad anual: la poda del limonero.

Se trata de una tarea que requiere un cierto esfuerzo, no os creáis; puesto que algunas ramas cuentan ya con un grosor importante; así que no queda más remedio que aplicar la fuerza de los brazos a la tijera podadora para llevar a cabo la misión con éxito.

A veces la tarea roza ya el límite de lo posible ya que hay que subirse a una escalera bastante alta y guardar el equilibrio mientras se procede a la poda. La operación hay que realizarla con cuidado. 

De momento también este año he llevado a cabo adecuadamente mi misión. Alguna agujeta al día siguiente pero al final la tarea se ha concluido ¡Otro año más!

Y al hilo de esta reflexión me vienen a la mente otros trabajos y otras actuaciones que también representan algo así como un "test de estado físico"; como unas pruebas. Una constatación de que un año más soy capaz de realizar la faena; de demostrarme a mi mismo que mi cuerpo todavía responde.

Como por ejemplo dar la vuelta a nuestro pesado colchón de látex (en este caso trimestralmente); o repintar con pintura impermeable el tejado de la caseta de Villamayor.

Otras "pruebas" las realizo en compañía de amigos en determinadas fechas simbólicas. Así ya llevamos dos años realizando el recorrido Villamayor-La Cartuja monte a través en días cercanos al 8 de septiembre con motivo de lo que denominamos "romería a la virgen de la colmena". Este año las agujetas se han notado más. El cuerpo ya empieza a avisar que quizás la distancia recorrida sea excesiva.

La prueba de subvenir a las necesidades hídricas de mis plantas en el monte también se ha superado este año no sin poco esfuerzo. Viajes y más viajes con bidones de agua bajo un calor inmisericorde no son plato de agrado de nadie. Pero la tarea se ha concluido. Otro test pasado.

Pronto habrá que acometer la prueba de labrado de la parcela. Y un poco más adelante enfrentaré la de sobreponerme a la próxima Navidad ya que -desgraciadamente- las navidades actuales en poco se parecen a lo que experimentaba cuando era un niño.

En fin, que a cada hito superado le acompaña la alegría de constatar que la maquinaria corporal es capaz de abordarlo exitosamente.

Siendo consciente de que en algún momento habrá tareas que ya no podré enfrentar, de momento me recreo en la satisfacción de que al menos este año -una vez más- todos los ensayos han resultado exitosos.


1 comentario:

  1. Bueno, bueno, eso está bien, el cuerpo responde a tu deber diario, y aguantará más años.
    Recuerdo a muchos señores del pueblo que cuidaban el huerto hasta cerca de los 90 años.
    Yo estoy convencido de que si se hace una actividad con ganas, el cuerpo responde mejor.
    Hombre si haces un sobreesfuerzo siempre tendrás que pagar la incomodidad de llevar la matrícula de letra B o C, de los años, algún dolor que otro.
    Aún estás fuerte, aún !!!
    Bueno, saludos de Javier.

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