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viernes, 16 de octubre de 2020

¿En qué empleas tu tiempo?


Los aviones son juguetes interesantes, pero no tienen ningún valor militar. 
Mariscal Ferdinand Foch, estratega militar francés y comandante de la primera guerra mundial,1911.

 Mirando, mirando por YouTube me encuentro con Justo Gallego. Un hombre que ha dedicado toda su vida a construir una catedral él solo. Más de 50 años trabajando día tras día con el objetivo de ver finalizado lo que ha sido el objetivo de su existencia: un enorme templo dedicado a la Virgen del Pilar.

Cuando veo este tipo de cosas no puedo dejar de preguntarme de dónde saca la energía el cerebro humano para persistir en un empeño que, a vista de los demás, no deja de parecer un desvarío; una obsesión o una iluminación; como queráis.

Pero lo cierto es que otras muchas personas también han dedicado su existencia a perseguir una meta (su propia meta) indiferentes a lo que piensen y digan los demás. ¿Qué les impulsa a hacerlo? ¿Qué mecanismos afectivos y mentales se tienen que desencadenar para perseverar, para mantenerse fieles a su objetivo sin desfallecer un instante?

Algo tiene que haber. Yo no lo he encontrado en los libros de psicología. No sabría como llamarlo. ¿Quizás "persistencia obsesiva"?

Bueno, a escala más pequeña, en nuestro día a día yo creo que mucha gente también se plantea sus propias finalidades. Según sea la meta principal de su vida podríamos ya esbozar un perfil psicológico bastante fino de la persona. En cierta manera en realidad somos lo que hacemos.

Así que si descontamos los necesarios tiempos dedicados a las funciones fisiológicas (comer, dormir, miccionar, defecar) y a las estético-higiénicas (afeitado, maquillado, repaso de uñas, cepillado de dientes, etc), ¿en qué empleamos el resto del tiempo?

Aquí aparecen varios vectores de interés: el ámbito social, el deportivo, el cultural, el artístico, tiempo compartido con la familia, tiempo de reflexión personal, con la televisión, con el móvil, con el ordenador; tiempo dedicado a las aficiones...

De hecho podríamos cuantificar el tiempo dedicado a cada ámbito durante -por ejemplo-dos semanas y pasarlo luego a una gráfica. Comparar las gráficas de distintas personas no dejaría de ser un ejercicio sumamente interesante.

La flecha del tiempo no se detiene y cuando miramos para atrás podemos valorar con más precisión en que hemos empleado nuestro tiempo en la vida.

Don Justo está ya muy mayor. Ha cumplido ya 95 años. Una existencia entregada a un ideal. Lo que le ha dado sentido a su vida.  

Pero... ¡vueltas que da el destino! ahora resulta que no hay arquitecto que avale con su firma que el edificio es seguro para el público. Ya hay muchos que afirman que el edificio durará lo que dure la vida de D. Justo. ¿Podría incluso llegar a ser derribada? ¡Vaya paradoja!


1 comentario:

  1. El empeño y la constancia base para dar sentido a la vida.
    Los logros personales y los convencimientos se atrapan con ese buen cemento.
    Si de paso uno es feliz pues, miel sobre hojuelas.
    Emplear el tiempo en lo que te produce placidez es lo mejor para estos tiempos que corren.
    Llegar hacer semejante obra impresiona, los demás haremos algún pequeño corral y nos sentiremos satisfechos.
    Que tengas buen día, saludos.

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