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viernes, 5 de julio de 2019

Regantes

¡Si Dios solo me diera una señal clara!... 
como depositar a mi nombre una enorme
 suma de dinero en un banco suizo.
Woody Allen

Para los que -como yo- provenimos de tierras de secano, constituye casi un milagro contemplar cómo el agua circula con abundancia en las acequias de Zaragoza en plena canícula.

Nunca hubiera imaginado le pouvoir del líquido elemento cuando se asocia con tiempo estable y altas temperaturas. Los cultivos generosamente regados crecen de un día para otro. No me extraña que a esta ciudad la llamaran en el siglo XVI "Zaragoza la harta".

En Villamayor es donde observo casi diariamente el ir y venir, el trajín de los regantes. Todos pendientes del bando. De si podrán o no regar mañana. Un sistema asentado desde antiguo que permite a todo el mundo disponer de agua en su finca pero de forma ordenada.

Dada también mi condición de regante, he tenido que aprender algunas palabras nuevas para desempeñar mejor mi nuevo rol. Y su significado. Una de las que más me gustan es "ador".

"Turno señalado para regar a cada regante de una comarca o un término, donde se reparte el agua con intervención de la autoridad pública o de la junta que gobierna la comunidad regante".

También me las he tenido que arreglar para saber cuándo se vuelve el riego. Yo sé que tengo que regar cuando el agua baja por el primer ador.


Los días que baja agua por la acequia de La Tranca hay un gran alboroto entre los regantes de la zona. Todos años por estas fechas se repite la misma situación. Los cultivos están sedientos y todo el mundo quiere mitigar sus necesidades. El nerviosismo se masca en el ambiente.

En mi caso he aprendido a regar con bomba de agua. Es como magia. Colocas la bomba, despliegas las mangueras, conectas el grupo electrógeno y.... ¡a regar!


No veáis lo contento que me pongo cuando veo fluir el líquido elemento.

Tengo encomendada una misión. Y no es otra que procurar el sustento de mis hijicos vegetales.


Cuando subvengo a las necesidades de los arbolitos me da la sensación de que ya he hecho "lo importante" del día.

El resto es puro divertimento.

3 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo José Luis.Qué pocas cosas relacionadas con el campo,son tan relajantes,refrescantes y satisfactorias como proporcionar un buen riego a un cultivo o a unas plantas.Cómo cambia el aspecto de lo regado...cómo huele esa tierra empapada.
    Me imagino a tus hijicos vegetales saludándote como al Sr Dionisio de mi pueblo.
    Ay... el agua...qué te voy a contar yo en relación a la importancia del agua ,después de mis experiencias de sed vividas cuasi recientemente.
    Casi todos los días homenajeo y traigo a mi memoria ,cuando me bebo un buen vaso de agua,a aquellos soldaditos de África...desastre de Annual(protagonistas de mis lecturas)muertos literalmente de sed.Tú ya me entiendes.Un abrazo.

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  2. Ah...se me olvidaba...saludos a Javier.

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  3. Buen filerico de agua sale de la manguera.
    En estos días de calor las plantas sufren mucho, las afortunadas con riego son las que mejor lo llevan.
    Estás actuando como un colono que espera el ador del riego, agricultor auténtico.
    Si que es emocionante cuando al abrir la tajadera se inunda todo de agua.
    El Alpartir la huerta sufre mucho por la falta de agua, muchos abandonan los huertos en el mes de junio, una pena.
    Mantenga usted bien cuidada la parcela, cómo es de ley.
    Saludos, José Luis, y a Don Luis también.
    A ver si mengua el calor

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