A diferencia de otras personas que necesitan constante compañía, yo no es que la rechace pero tampoco es que no pueda vivir sin ella. Las conversaciones conmigo mismo constituyen un excelente sucedáneo de la imprescindible interacción social. Como decía Moustaki "Je ne suis jamais seul avec ma solitude".
Cuando estoy solo hago lo que mejor me parece. Y no tengo que dar cuenta a nadie por ello.
Mis pensamientos y reflexiones sobre la vida y sobre mi propio devenir se clarifican enormemente en soledad.
La necesidad de tomar este u otro camino en la vida se destila mejor cuando minimizamos el murmullo social; la burbuja mediática en la que -constantemente- nos vemos envueltos.
Además una cosa es la soledad forzada y otra muy distinta es la soledad buscada. En este segundo estado puede uno, perfectamente, alternar períodos silentes con otros de acompañamiento social ¡Es lo mejor!
Mi soledad me acompaña a menudo cuando estoy en la parcela de Villamayor. También lo hace cuando me doy en solitario un paseo por los pinos o cuando me decido a abrir alguna colmena y escudriñar su interior.
Es mi mejor compañera cuando despierto por las mañanas y encaro un nuevo día. Igualmente por la noche en los prolegómenos de un reparador sueño.
Constituye un apoyo fiel en los momentos de zozobra o cuando debo tomar una decisión meditada.
Muchos son los poetas y autores del más diverso género que han cantado loas a la soledad. Y por algo será que algunas personas se llaman precisamente así.
Las técnicas de meditación inciden igualmente en la misma idea. Aquí con el matiz adicional de acallar también la conversación interior. La mejor vía -según de dice- de alcanzar la serenidad y el autoconocimiento..
En el silencio de la soledad se han materializado importantes avances en los más diversos ámbitos de la ciencia. Y se han escrito las más excelsas obras de arte; las mejores novelas o los más provechosos ensayos literarios.
Decididamente me apunto a esos felices momentos de disfrute en solitario.
No; yo no estoy nunca solo con mi soledad.
Tu bello artículo encierra enseñanza y tranquilidad de ánimo.
ResponderEliminarNo se necesita nada más cuando el espíritu es conformable y está feliz con lo que le rodea.
Un artículo magistral para la serenidad de las gentes.
Saludos José Luis.