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domingo, 15 de junio de 2014

Deprivación estimular

El sábado estuve en el "espá" de Ranillas con mi mujer y ambos disfrutamos de las estupendas instalaciones de este magnífico complejo ideado para el relax y el descanso. Pasamos por las distintas modalidades de masaje acuático: chorros de agua a presión en el cuello, la espalda, las piernas, camillas con burbujas, remolinos... Y también nos metimos en las tres saunas: la de 60º, la de 80º y la de vapor.

Fue en esta última donde mis reflexiones giraron acerca de lo que supone para el ser humano la privación de estímulos, el silencio y el cambio de ambiente controlado.

No se oía ni una mosca. El vapor de agua lo invadía todo y un ligero aroma de hierbabuena se dispersaba por el ambiente. El calor era intenso pero se podía aguantar. Allí me encontré, en un determinado momento, solo en compañía de mis pensamientos...

Es como transportarte a otro universo. Olvidarte del conocido mundanal ruido y centrarte en tí, en tu mismidad.

Y en ese punto es donde empiezan a ocurrir cosas raras: el tiempo discurre de otra forma, los problemas cotidianos se diluyen, la sensibilidad de tus sentidos se agudiza. Allí estás, a solas, con tu yo y la mente vagando aleatoriamente de una temática a otra.

Por un instante te asalta la duda materializada en algunas películas: ¿será seguro el cierre de la puerta? ¿podré salir de aquí?. Pero enseguida también esta pequeña alarma se diluye y continúas con tus reflexiones: la grandiosidad del universo y la pequeñez de nuestro planeta. La soberbia humana que todo lo envuelve y la insignificancia del ser humano. La vida que fluye por todo el planeta y que parece generarse con tanta facilidad. El misterio de mi propia conciencia y la manera en que mis neuronas entretejen mis pensamientos más ocultos...


Tantas y tantas preguntas sin respuesta. Tanto y tan vasto conocimiento pendiente de adquirir. Tantos y tan variados interrogantes sobre nuestra propia existencia....

Oigo una voz en lontananza. Se oye mi nombre. Es mi mujer que me llama y me sugiere que salga, que ya vale de sauna de vapor. Vuelvo de nuevo al mundo real. Dejo atrás mis pensamientos, mis reflexiones más extravagantes y atípicas. Me incorporo y salgo sudoroso dejando atrás una estela de vaho. Soy medio empujado a un nuevo cubículo donde, medio atontado, acepto la sugerencia de tirar de una cadena... Una pozalada de agua fría cae sobre mí y, de una tacada me teletrasporto a la realidad.

Lo del espá ha sido una experiencia de impacto....

2 comentarios:

  1. Aún continuo riéndome con el asunto del pozal recordando pasados episodios de juventud, como cuando nos llamaban para colocarnos la vacuna en el ayuntamiento,...¡¡¡ ya estamos copaus !!!,....¡¡¡aura !!!. Precioso artículo de reflexión de los momentos y el silencio cuando sentimos no controlar la situación,...la vida misma. Un abrazo de Javier.

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  2. Buena reflexión, Javier. Eres la memoria viviente de nuestra época de infancia y juventud. Tus aportaciones no tienen desperdicio. Un abrazo. JL

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