Declaro desde el principio que soy un aficionadillo, alguien con una gran curiosidad que comenzó a bucear en el mundo de las sondas espaciales, continuó con el origen del universo y ha terminado deslumbrado por los espectaculares avances que se están realizando en el mundo de la física de partículas.
Mi acercamiento a este campo adolece de importantes limitaciones de entrada: formación matemática básica y conceptos elementales sobre física sin asentar. Pero mi atrevimiento es grande y cada vez me subyugan más los últimos desarrollos que se van realizando y las investigaciones más punteras.
De manera que en esta entrada quiero reflejar, a modo de resumen, lo que yo voy captando de los últimos libros y manuales leídos, de los cuales, ya adelanto, sólo logro entender un pequeño porcentaje de todo el contenido.
Si hay un autor sencillo y fácil de leer, ese es Michio Kaku. En su libro "Física de lo imposible" analiza, con mirada científica la posibilidad de concreción de distintos desarrollos de física teórica en campos tan llamativos como la invisibilidad, los campos de fuerza, los robots, las naves estelares o la antimateria. Habla también de la viabilidad científica de ir más rápido que la luz, viajar en el tiempo o visitar universos paralelos, por ejemplo.
Y es que no dejo de sorprenderme al constatar cómo, en la actualidad, miles y miles de físicos y matemáticos de todo el mundo trabajan para describir con intrincadas ecuaciones matemáticas modelos que se acerquen cada vez más a la realidad de lo que ocurre en el mundo de lo más pequeño, en la escala subatómica. Y lo que ya me deja definitivamente deslumbrado es constatar cómo las matemáticas van por delante de la comprobación experimental de esos modelos.
Eso ocurre, por ejemplo, con el famoso "bosón de Higgs" que, de descubrirse, nos indicaría que todos estamos inmersos en un "océano de campo de Higgs". No digamos nada de la posibilidad, derivada de la teoría de cuerdas de que, en lugar de las tres dimensiones conocidas (arriba-abajo, adelante-atrás, izquierda-derecha), más el tiempo, existan nada menos que once dimensiones, inalcanzables, por ahora para nosotros, los mortales.
Y lo más gordo es que esas dimensiones "extra" podrían estar ocultas, enrolladas, en un espacio pequeñísimo bajo lo que se llaman "formas de Calabi-Yau". Todo ello nos llevaría a la consideración de la posible existencia de universos paralelos, formas de vida éxoticas y, por supuesto, a la pregunta clave de ¿cómo empezó todo?
Y esa pregunta de cómo se originó todo está dando pie para avanzar nuevas teorías que conectan el mundo de lo más pequeño con el macromundo -el universo- que conocemos actualmente. En este campo, lo que más me sorprende -y me desconcierta- es la cada vez mayor certeza científica de que el "bang" inicial del que surgió el mundo que hoy conocemos partió de la explosión (de la ráfaga expansionaria) de algo millones de veces inferior al punto de esta "i".
La conexión de lo infinitésimo con el macromundo observable y la consideración del espacio y -sobretodo- de la flecha del tiempo inspiraron un avance fundamental, a finales de la década de los 70 conocido como "cosmología inflaccionaria". Según esta teoría, el tamaño del universo aumentó en un factor mayor de un billón de trillones en menos de una billonésima de trillonésima de segundo. Cifras de ese orden lo dejan a uno K.O.
Otro autor que se explica de maravilla, aunque a un nivel de abstracción mayor que Michio Kaku es Brian Greene. Sus dos libros "El universo elegante" y "El tejido del cosmos" son obras de referencia para todos los que quieran bucear en la naturaleza fundamental de la materia y del universo. También Leon Lederman (Premio Nobel de física) tiene un libro titulado "La partícula divina" en el que se ofrecen las últimas investigaciones derivadas de los experimentos realizados en el LHC (Gran acelerador de Hadrones) construido en el CERN ( The Central European Research Network)
No dejaremos de mencionar a Stephen W. Hawking y a John Gribbin, autores de "La teoría del todo" y "Biografía del universo" respectivamente. Ambos explican con una claridad que es de agradecer, los últimos avances en la búsqueda de los orígenes del universo y su desarrollo a través del tiempo.
Cinco años antes de nacer mi padre (1915) Einstein formulaba la teoría general de la relatividad. Cuando yo contaba con 10 años (1965) en la escuela se le daba a la religión -católica- un peso muy importante en el currículo escolar y nada se decía de los importantísimos avances que se estaban produciendo en todos los ámbitos de la ciencia. No es de extrañar que, con la llegada de Internet y la explosión del conocimiento muchos hayamos descubierto, así, de golpe, mundos insospechados y campos del conocimiento que nos extasian. Es la misma sensación que subir la persiana y correr las cortinas, divisando, entonces un precioso panorama con desconocidas vistas y escondidos rincones. Un panorama que, ahora que lo vamos explorando, nos parece cada vez más rico y complejo.
Alguna vez he comentado que internet es como una Espasa jigante donde cabe todo, pero aparte de escrito, también se puede ver y escuchar, es una forma de dibujar y exponer lo que hay en cada lugar, después vienen los investigadores, los que emplean el aparatico para impresionar a la mente humana, escarbando en mundos lejanos y misteriosos, intentando llegar a la causa de formación del universo y de paso los misterios de la formación de la vida,...perfección máxima. Comprendo que esta investigación te pasione.Un abrazo de Javier
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