Un poco por inercia me he dejado conducir hasta el Centro de Historia de la ciudad con la finalidad de comprobar si había alguna nueva exposición. Al llegar sobre las 9:30, me he encontrado el centro cerrado (abren a las 10:00). Acto seguido me he encaminado hacia la Plaza del Pilar y en un cartelón al lado de La Lonja he podido comprobar la oferta museística y expositiva que ofrece la ciudad.
Sin detenerme a pensarlo mucho, me he encarrilado hacia el museo Pablo Gargallo no sin antes detenerme por un momento en lo que ya iba siendo un notable agrupamiento de cofrades con las palmas del Domingo de Ramos en las manos.
Cuando finalmente he llegado al museo, la suerte me ha sonreido al comprobar que disponía de libre acceso al recinto al ser primer domingo de mes.
La experiencia de la visita a la exposición ha sido magnífica puesto que durante bastante rato sólo yo me encontraba -como visitante- en el edificio, controlado, claro está, de forma discreta por el servicio de vigilancia.
Me he empapado bien de la obra de Gargallo. Él tenía ya 39 años cuando nació mi padre aunque en sus idas y estancias en Barcelona y, sobretodo en París se impregnó a fondo de las corrientes más vanguardistas del dibujo y escultura de la época.
La visita me ha servido también para constatar la incesante búsqueda que realizan muchos artistas para encontrar la mejor manera de plasmar su particular visión de la realidad. ¿Qué extraña energía les impulsa en esa continua experimentación? ¿Qué persiguen? ¿Por qué toda una vida dedicada a ensayar una y otra vez nuevas maneras de comunicar lo que llevan dentro?
No debe faltar la "Torta de Cristal" para encarar bien la mañana |
Sumergido en esas y otras reflexiones, todavía me ha quedado tiempo de visitar una exposición temporal de un fotógrafo finlandés: Pentti Sammallahti. En un rápido recorrido, lo que más me ha chocado ha sido también la obsesión del artista por reflejar los inhóspitos y gélidos parajes de distintas repúblicas rusas de nombres impronunciables. Podéis ver más información sobre esta muestra en el blog "blogssip girl"
De allí me he encaminado hacia el Palacio de Sástago. Quería ver la muestra Miró y el mundo de Ubú, pero oh, pena! estaba cerrado.
Así que, después de encontrarme y conversar con un conocido, me he acercado al Palacio de la Infanta en Ibercaja para curiosear la exposición de Andy Warhol. No iba muy convencido e igualmente he salido de la muestra poco convencido.
Continuando la jornada, en este maratón museístico propiciado por la gratuidad dominguera de primeros de mes, todavía me ha quedado tiempo para acercarme al museo Pablo Serrano de reciente inauguración. Allí se encuentra la sede del Centro Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos.
Pues en este caso -con todos mis respetos- tampoco me ha transmitido ninguna vibración especial la obra de Serrano. No así el edificio que me ha parecido espléndido en todos los sentidos.
Después de atravesar dos procesiones de Ramos, aún he podido acercarme a la muestra Obras Maestras de Catalá-Roca que se exhibe en el Palacio de la Lonja del 3 de febrero al 23 de abril.
La cercanía de lo fotografiado (años cincuenta) me ha resultado familiar. Las fotos en blanco y negro, estupendas. El único inconveniente es que había mucha gente. Se trata de una muestra que hay que visitar nada más abrir, solo o acompañado con alguien que también haya vivido esa época.Así, empapado de cultura, de suave sol primaveral y del ceremonial procesional típico de estas fechas he tomado el camino de vuelta a casa dando por muy bien aprovechada la mañana.
No es mala opción hacer un recorrido museístico, uno se encuentra presentaciones interesantes, que transmiten, y otras veces temas complejos de entender. Cuando hay una exposición potente, atractiva,a gusto de todos, es cuando se llenan los recintos. El arte tiene mil vertientes. Un abrazo de Javier.
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