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domingo, 16 de octubre de 2011

Jornadas micológicas en San Martín de Moncayo

Repetimos este año la experiencia del pasado y cambiamos de emplazamiento: de las Cinco Villas nos pasamos a la comarca de Tarazona y el Moncayo, con la finalidad de disfrutar en San Martín de una amena jornada micológica: recogida y posterior clasificación de setas del lugar.

En esta ocasión, la salida la realizaremos el sábado día 22 de octubre, a las 7 de la mañana, como siempre, desde la Plaza de la Albada. En este enlace podéis ver el programa previsto con las actividades a realizar.

domingo, 9 de octubre de 2011

Triple disfrute

Siempre me cuesta arrancar, pero en cuanto inicio el camino, nunca me arrepiento de mi decisión de salir a la búsqueda de nuevas sensaciones, de nuevos horizontes y desde luego, la salida a la Foz de Salinas ha cubierto de sobras todas mis expectativas.

He partido con media hora de retraso para las previsiones iniciales y eso me ha obligado a acelerar un poco el paso con el fin de no llegar tarde a mi cita. Una fugaz parada en la gasolinera de Villanueva de Gállego para repostar y un desvío incorrecto para buscar Ayerbe han retrasado un poco más mis planes. Aún así llegaba a Villalangua con diez minutos de antelación que, sumados a otros siete de deferencia hacia los posibles retrasados, me han proporcionado un respiro de 17 minutos que he aprovechado para tomar en "La posada de Villarlangua" un café con leche y un croissant, además de pasar por el baño.

Enseguida un bullicioso grupo compuesto por 13 niños y 18 adultos, iniciábamos a las órdenes del guía Pablo Vallés (huescanaturaleza.com y molinodeyeste.com) el suave ascenso hacia la Foz deteniéndonos -cuando las circunstancias lo requerían- para escuchar las interesantísimas, didácticas y divertidas explicaciones de Pablo.

Titulaba esta entrada "Triple disfrute" y, hay que reseñar, que el primero de ellos ha sido el excelente desempeño del profesional que ha dirigido la salida. Conocedor, en profundidad del terreno que pisábamos, ha detallado con gran acierto tanto las peculiaridades de la flora y fauna locales como la orografía, estratigrafía y tectónica de placas presentes a lo largo del recorrido. También ha realizado incursiones etnográficas y sociológicas, tocando todos los palos del recital didáctico que nos ha ofrecido.

Sus explicaciones, ajustadas al auditorio al que iba dirigido, han incluido el rol playing y las representaciones con los más pequeños y el lenguaje más técnico y documentado para la concurrencia adulta para jolgorio y difrute de todo el grupo. Ha manejado con destreza el "tempo" de la excursión, combinando muy acertadamente las disertaciones con los descansos. Durante toda la salida en el grupo se ha mantenido un grato ambiente de camaradería y buen humor, propiciando la sensación de haber acertado de lleno al elegir esta ruta.

El segundo disfrute ha sido el paisaje. El pueblecito de Villarlangua está bordeado por el río Asabón y sus límpidas aguas constituyen un grato preludio de lo que viene a continuación: el trazado del ancestral camino que, desde siempre, ha unido el Viejo Salinas con esta población.

Los buitres han estado presentes desde el inicio de la marcha. Aprovechando las térmicas matutinas iban describiendo círculos en el aire, ajenos a nuestra presencia. Los más tardones nos contemplaban desde lo alto de los riscos con un talante mezcla de curiosidad, respeto y expectación. Una exhuberante y variada vegetación en la que no faltaban los robles, los "artos", acebos y majuelos nos ha proporcionado una buena sombra en una mañana que, enseguida, se ha ido calentando.

A pesar de la sequía el agua nos ha acompañado durante una gran parte del trayecto. Todavía se deslizaba grácil por algunas escorrentías y aliviaderos y aún se mostraba majestuosa en una cascada que también hemos visitado. Casi sin darnos cuenta, entre las vistas y las explicaciones, nos hemos presentado en el pueblo abandonado de Salinas (viejo). Al ver la torre de la iglesia desprovista de sus campanas y la ajada entrada al templo parcialmente cubierta de vegetación, he vuelto a constatar mi atracción por los edificios viejos y abandonados. Con solemne respeto he tomado varias fotos tanto a la torre como al desvencijado interior gótico de la iglesia.

Mientras, en el exterior, seguían las explicaciones y se incrementaba el bullicio de los jóvenes participantes. El guía ha decretado el momento de acometer el bocadillo y su orden ha sido acatada sin problema alguno pues la mayoría mostrábamos claros signos de apetito montañero.

La contemplación de los restos del próstilo me ha traído a la mente las crónicas alpartireñas de mi amigo Javier. Aprovechando la altitud y una buena señal de cobertura telefónica, me he puesto en contacto con él para compartir el disfrute de esos buenos momentos.

Entre unas cosas y otras, se ha hecho la hora de volver. Me he despedido mentalmente del viejo pueblo al tiempo que volvía a cargar a mis espaldas mi ligera mochila. Rápidamente se ha iniciado el descenso serpenteando todo el grupo por el camino.

Como suele ser habitual, el retorno se me ha hecho más corto. Las explicaciones de Pablo también han quedado más acotadas ajustándose hábilmente a la mermada capacidad de atención de los infantes. Los padres y madres han aprovechado el regreso para tomar a sus anchas fotografías a sus retoños.

A pesar de llevar 4 horas de recorrido, hemos arribado a Villalangua sin manifestar signo alguno de cansancio. En mi caso, casi era al contrario: me sentía con las pilas cargadas.

Después de las despedidas de rigor y la cumplimentación de un cuestionario de valoración de la salida -en el que yo he otorgado la máxima nota- me he encaminado hacia el Yaris para iniciar el viaje de vuelta.

Aún he parado un momento en el embalse de Santa María y La Peña y cerca de los mallos de Riglos para tomar unas fotos. Enseguida he llegado a Ayerbe y, también en un momento, me encontraba en la autovía de Huesca.

Allí ha dado comienzo el tercer acto de disfrute de la jornada: una entrevista en radio nacional con María Lavalle (no la conocía de nada) me ha servido para compartir y contrastar las vivencias y experiencias de la hija de un diplomático argentino que vivió en varios países europeos, aprendió a hablar francés, portugués e inglés (además del español) y guiándose de su intuición desechó otros posibles destinos para dedicarse a la canción. Su pasión por la vida, su optimismo desbordante y la dulzura que transmitía en la entrevista me ha embriagado. De no conocerla de nada he pasado a ser un admirador más. Me he prometido que consultaría en Internet su carrera con más precisión y así lo he hecho nada más volver a casa.

Sobre las 15:45 llegaba a mi casa. Quizás parezca reiterativo en los finales de mis crónicas pero debo decir, una vez más, que he vuelto con energía para toda la semana. Decididamente cuanto más lugares desconocidos visito más se incrementa mi deseo de continuar mi periplo aragonés.

domingo, 2 de octubre de 2011

Foz de Salinas

Repetimos por tercera vez la salida con el programa de la Comarca de la Hoya de Huesca.

Las dos salidas anteriores fueron muy entretenidas y es de esperar que ésta también sea de nuestro agrado.

Partiremos de la plaza de La Albada a las 7:45 con el fin de llegar con tranquilidad al punto de encuentro. Os animamos a todos los interesados a pasar una estupenda jornada.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Gente maja y enrollada

La cita de las bicicletas fue de lo más gratificante. Llegué sobre las 11, justo cuando estaba prevista la salida de la comitiva. Enseguida me encontré con conocidos y enseguida también trabé con ellos conversación pues me resulta muy agradable reencontrarme con gente que hace tiempo que no veo. Este hecho viene a ser como una certificación de que ambos seguimos vivos, que seguimos participando del entramado social en el que nos desenvolvemos habitualmente.

En este caso, mi primera conversación con un compañero de profesión que trabaja en el colegio "La Almozara" nos sirvió a ambos para retomar el hilo conductor que nos relacionaba desde, al menos hace 23 años. También me sirvió a mí para tomar nota de otra forma de disfrute del tiempo de ocio mediante el recorrido de las "vías verdes", las cuales han sido recorridas prácticamente en su totalidad por mi compañero y su familia.

Después de este primer contacto, enseguida divisé otras dos personas conocidas. En este caso se trataba de un padre y su hija. Ambos vestían el mismo atuendo -la misma camiseta- y formaban una simpática pareja cada uno con su bicicleta nueva. También intercambié unas palabras con ellos pero no hubo tiempo para más porque el que dirigía la marcha nos aleccionó para que la iniciáramos sin dilación alguna.

Las motos de la policía se pusieron en marcha y era de admirar el curioso contraste entre el rodar silencioso de las bicis y el atronador cántico de las potentes máquinas policiales. De nuevo el líder del grupo ajustó el volumen de su amplificador portátil y encaramos el descenso del Paseo Sagasta arropados por la agradable melodía del reproductor autoportado.

En la confluencia de Goya con Sagasta se detuvo la marcha para escenificar la simbólica colocación de un carril-bici en esa encrucijada. La representación se realizó con gran acierto pues los organizadores habían previsto la confección de un carril-bici de tela que colocaron en el firme. Después, ante el alborozo del público varios participantes desfilaron orgullosos con sus velocípedos aprovechando la improvisada calzada bicicletera.

De nuevo se dio la orden para continuar con la "procesión de los sillines" y, enseguida llegamos a la plaza Paraiso. Nueva parada en este enclave para volver a reivindicar el carril bici hasta Torrero y la habilitación de nuevos carriles en los bulevares del Paseo Independencia. A esas alturas, algunos conductores de coches ya se empezaban a impacientar y los más ansiosos comenzaban, también a tocar el cláxon con insistencia. Los organizadores habían previsto esta contingencia y -reaccionado con rapidez- comenzaron a entonar -a modo de contrataque- algunos cánticos que más tarde se repetirían: ¡La gasolina... contamina! ¡Menos pitar y más pedalear!, etc.

Emprendimos luego el ascenso otra vez por Sagasta hasta el barrio de Torrero. Recorrimos varias calles entonando alegres consignas y, finalmente llegamos hasta la antigua cárcel donde finalizó la marcha.

La cárcel es ahora territorio okupa y los organizadores de la marcha, en colaboración con los de la prisión rehabilitada nos invitaron, muy amablemente, a un refrigerio. Yo me tomé dos cervezas y enseguida sentí el efecto euforizante del alcohol. Ya con más tranquilidad me dediqué a departir con mis conocidos, padre e hija aprovechando también el magnífico día con el que nos habían obsequiado los astros.

 Todavía nos quedó tiempo para girar una visita a la transformada cárcel y no pude menos que pensar que aquellos muros habían sido testigos de muchas privaciones de libertad, algunas condenas injustas y, desgraciadamente quizás también alguna ejecución. Sin embargo ahora todo ello había sido sustituído por una nueva organización y unos nuevos ocupantes que, como decía al comienzo de esta crónica a mí me parecen gente maja y enrollada. 

domingo, 18 de septiembre de 2011

Marcha en bici ¡¡Que la bici no se pare!!

La propuesta para el domingo día 25 consiste en participar en la Semana Europea de la Movilidad, apuntándonos a la marcha en bici que saldrá a las 11 de la Plaza Diego Velázquez.

No puedo estar más de acuerdo con los lemas de la marcha:
¡El mejor vehículo!

     - Por la continuidad peatonal y ciclista de Plaza Paraíso y los bulevares
     - Por un acceso seguro en bicicleta a Torrero
     - Por un servicio de bicicleta pública de calidad en todos los barrios

Para más información del evento podéis echarle un vistazo a este enlace.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Del dicho al hecho hay un trecho

Y... efectivamente, un trecho es lo que separa el Soto de Cantalobos del Canal Imperial y las esclusas de Valdegurriana. En esta ocasión un total de 7 personas y un perro (Nemo) hemos participado en la actividad (4 adultos y 3 gente menuda). La charla distendida y el disfrute de la naturaleza han sido la moneda de uso durante la salida. El día ha acompañado aunque a eso de las 13 horas ya se notaba el inclemente calor de este inmisericorde inicio de septiembre.

 Sobre las 9:10 salíamos de la Plaza de la Albada. Estaba prevista la asistencia de otros participantes que mostraron su interés por la andada pero, finalmente el sueño o los cambios de planes han limitado a siete la nómina de caminantes.

Charlando y caminando tranquilamente, casi sin darnos ni cuenta hemos atravesado el Parque de Oriente y cruzado el azud y, enseguida hemos enfilado el camino de la Cartuja el cual a su vez lo hemos dejado a unos 500 metros de su inicio, virando a la izquierda para adentrarnos en Cantalobos.

Los chicos más jóvenes tenían ganas de hablar y no ha faltado conversación. Se ha hablado de lo divino y de lo humano y, sobretodo Pedro, ha desplegado a fondo su locuacidad para contarnos una y otra vez anécdotas de su Polonia natal.

El Soto no atraviesa precisamente por su mejor momento. La "pertinaz sequía" a la que ya aludían los NODOS en tiempos de Franco, se ha reproducido este año en los meses de agosto y lo que llevamos de septiembre. A pesar de encontrarnos en la orilla derecha del padre Ebro, la bajada de caudal es notoria y los vegetales se resienten ante esa falta de agua.

Hemos observado muchas hojas secas por el suelo y pocas aves han salido a nuestro paso. Nada que ver con la sinfonía de trinos, gorgoritos y gorgeos habitual por estos lares en primavera. Aún con todo la zona todavía mantenía una temperatura más fresquita que en el "exterior", hecho que hemos agradecido todos los excursionistas.

Llegados al punto en el que el sendero ya se termina, hemos dado media vuelta, atravesado una acequia aprovechando unos árboles secos y, finalmente nos hemos sentado para descansar y acometer las ralas provisiones. Fotos por aquí y por allá y la cháchara de los jóvenes continuaba destilando el buen humor que se ha mantenido durante toda la jornada.

Hemos accedido de nuevo al camino de La Cartuja. La circulación de bicis era intensa y en más de una ocasión hemos debido ceder apresuradamente el paso a fugaces ciclistas con poca consideración hacia los peatones.

Al llegar al final del puente que atraviesa el Ebro, hemos optado por dejar el camino principal con la intención de llegar con más rapidez a la carretera de Castellón. Hemos atravesado un amplio túnel realizando en el mismo prácticas de eco y comprobado que no podíamos pasar directamente a la carretera porque lo impedían unas vallas. He sacado el mapa de Google que nos encaminaba hacia la derecha (en dirección a la ciudad) y hemos seguido esa ruta.

Finalmente una pasarela peatonal nos ha permitido acceder al lado derecho de la carretera y, atravesando la rotoda, encarrilarnos hacia el Camino de San Antonio por el cual se sube hasta el canal.

Por el camino de subida hemos divisado varios puntos de interés: un circuito de karting, un almacén de bioquemadores y unas higueras que nos han ofrecido gratuitamente sus frutos.

Llegados a la altura del canal, hemos acometido la segunda parte del circuito virando a la izquierda y recorriéndolo por el camino de la orilla. A esas alturas mi podómetro ya marcaba 9,5 km recorridos y llevábamos unas tres horas de caminata.

Las esclusas estaban un poco más lejos de lo que yo había imaginado. Por eso el título de esta entrada. Todavía quedaba un trecho hasta la magna obra ideada por Pignatelli (y materializada por desconocidos obreros cuyo nombre y vidas quedaron para siempre en el anonimato). Allí hemos llegado sólo los varones pues la niña más pequeña se ha quedado con su madre porque ya comenzaba a cansarse.

Nueva toma de fotos en las esclusas para dejar constancia del logro de nuestro objetivo y rápido regreso por el mismo camino porque la hora también caminaba y el calor comenzaba a apretar. Nuestra idea era tomar el 39 en La Paz y no hemos caído que los canes no están autorizados para viajar en bus, así es que Juan ha debido retornar a pie mientras el resto continúabamos el camino hacia Torrero.

Hemos llegado un poco cansados al barrio y todavía hemos debido continuar hasta la Avenida América ya que la parada del 39 se ubica al lado de la antigua cárcel. Afortunadamente, enseguida ha llegado el bus y, en un plis plas nos hemos presentado en el barrio de La Jota.

En síntesis: jornada muy amena y divertida, aderezada por los comentarios y chascarrillos de los jóvenes participantes. Para la próxima salida hay que especificar con más detalle los kilómetros a recorrer, el tiempo previsto de duración del recorrido, si hay que ir provistos o no de bonobús y la observación de que los perros no pueden viajar en el trasporte urbano.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Soto de Cantalobos y esclusas de Valdegurriana

Aprovecharemos ahora que hace buen tiempo para cursar una visita a ese cachito de bosque cuasi pirenaico que tenemos al lado de casa cual es el Soto de Cantalobos.

Con posterioridad, continuaremos nuestro recorrido y, subiendo al canal imperial, nos asomaremos a la magna obra de Pignatelli para contemplar los llamativos saltos de agua que conforman las esclusas de Valdegurriana construidas en el siglo XVIII.

Como ya es habitual, la salida (esta vez andando) se realizará desde la plaza de la Albada a las 9 de la mañana.