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viernes, 28 de septiembre de 2018
Un año de mili... ¡En la naturaleza!
Según va avanzando la carrera tecnológica, cada vez es más común y frecuente que todos nos vayamos enganchando a los móviles y demás instrumentos electrónicos. No hablaré sólo de los jóvenes -es un argumento muy manido- también del resto de la pirámide poblacional. En la actualidad la vida urbana y la afición a los cachivaches informáticos constituyen una clara tendencia al alza a escala mundial.
El contacto con la naturaleza no es que vaya a menos. Pero la misma palabra "contacto" es un poco equívoca. Me refiero al hecho de que ahora se identifica este quehacer con la realización de algún deporte o alguna actividad programada y planificada donde, por otra parte, el adecuado "equipamiento" resulta imprescindible si se quiere estar a la última. Tal es el caso del esquí, el buceo, la bicicleta de montaña, el "running", el "trekking", etc.
A mi, personalmente, me gusta el "contacto" informal. Dar una vuelta por el campo sin programa prefijado, sin horarios y -casi hasta mejor- sin equipamiento. Sólo necesito dos instrumentos gratuitos para pasármelo bien: la curiosidad y la observación.
Equipado con esos dos elementos y paseando periódicamente por lugares conocidos a lo largo del año -y mejor durante el transcurso de varios años- me está permitiendo descubrir rutinas, tendencias y transformaciones tanto en la flora como en la fauna de los lugares que visito.
Así, por ejemplo, he podido observar la llegada de las abubillas y sus costumbres más llamativas, el ciclo de la floración de la aliaga, el tomillo y el romero; la época de enjambrazón de las abejas; la reunión de cuervos cuando ya empieza a anochecer, el ciclo de la procesionaria, los usos y costumbres de conejos y gazapos; la germinación de las semillas, la polinización y el arranque de la generación de los frutos... Y mil cosas más...
Cuanto más observo más me maravillo. Cualquier planta o bicho viviente es una auténtica proeza de la naturaleza. Cualquier ser vivo constituye, en si mismo, un auténtico mundo de reacciones químicas, procesos enzimáticos, detección, evaluación, transporte y emisión de información... y mucho más...
Creo haber tomado conciencia de que todos formamos parte del mismo pack. El mundo no está sólo constituido por los humanos y el resto de seres vivos. Nosotros somos unos invitados más en este prodigioso banquete de la vida. Todos estamos conectados.
Aquellos que sólo viven el mundo de la urbe; los que están todo el día pegados al televisor o al móvil, los que sólo disfrutan comprando, los que no han descubierto el disfrute de un simple paseo, creo que se están perdiendo algo muy importante.
Para todos ellos, yo instituiría el año de mili en la naturaleza. Sin el móvil y sin los adelantos tecnológicos que tanto nos aportan y tanto tiempo nos roban. Aprendiendo a disfrutar de la brisa del aire, del olor de las plantas, del reto de buscarte tu propio alimento y acondicionar tu lugar de descanso; de la necesidad de comunión con el resto de los habitantes -humanos y no humanos- de este planeta...
Un año de mili en la naturaleza equipado con sólo tres armas: curiosidad, observación y respeto por animales y plantas.
viernes, 21 de septiembre de 2018
Estampas de la Val de Onsella
Desde Isuerre se divisan con prístina nitidez las torres del Castillo de Roita; testigos mudos de tiempos pretéritos. |
También en Isuerre, este arco medieval nos recuerda de nuevo la elegancia constructiva de nuestros antepasados |
La cruz vasca -Lauburu- preside la puerta de entrada de esta vivienda en Isuerre |
Y no menos curiosa es esta vivienda del mismo pueblo con claras alegorías masónicas |
Ya en Lobera, este sol pétreo me recuerda algún monumento funerario celta |
Aguas cristalinas discurren por el cauce del Onsella a la altura de Longás |
...Y los carteles indicadores de rutas inmemoriales llaman la atención del visitante |
Heráldicas insignias nos retrotraen a los tiempos de La Caballería |
...El paso del tiempo marca su impronta con peculiares soluciones no siempre muy acertadas |
viernes, 14 de septiembre de 2018
Misiones
Me vais a permitir que me explaye un poco en una de mis pasiones: la exploración espacial. Ya se que soy un poco cansino con el tema pero me atrevo a afirmar que en no mucho tiempo, las novedades que se van a ir produciendo en este terreno nos influirán a todos en el día a día.
Así que paso a poneros al corriente de las principales novedades que, a mi entender, más destacan en este ámbito.
Tenemos por un lado los planes de Elon Musk y su ya famoso Big Falcon Rocket (BFR) -también conocido como Big Fuck Rocket-. Si todo sale según lo previsto, para el 2020 el viaje entre dos ciudades situadas en extremos opuestos de la tierra, ¡no debería durar más de 30 minutos!
El mismo cohete debería servir para iniciar la exploración a Marte. Antes de 2030 ya deberían comenzar los viajes a ese planeta ¡Extraordinario!
En el ámbito de los planetas extrasolares, los avances también son muy relevantes. Así, la misión TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) permitirá descubrir miles de exoplanetas orbitando alrededor de las estrellas más brillantes en el cielo. A fecha de hoy, la nave ya lleva 150 días en el espacio realizando su tarea.
La misión Cheops, de la Agencia espacial europea también se ocupará de los planetas extrasolares refinando muchos parámetros de planetas ya descubiertos. Está previsto su lanzamiento a lo largo del 2019.
La Nasa's Insight Mars Lander ya está de camino a Marte. Lleva ya 71 días de vuelo y aterrizará en Marte el 26 de noviembre de este mismo año. Su función es monitorizar lo que ocurre en el interior del planeta.
Por otra parte, el rover marciano Mars 2020 será lanzado para ese mismo año. Promete realizar interesantes descubrimientos sobre la posibilidad de vida en ese planeta. Por primera vez será también enviado un pequeño helicóptero para sobrevolar el planeta.
El estudio de los asteroides también está en pleno auge. En este terreno yo destacaría dos misiones de gran interés: por un lado la nave Hayabusa 2 que ya ha llegado al asteroide Ryugu y lo va a observar durante año y medio para traer, posteriormente, muestras del mismo a la tierra. Esta misión la lidera Japón.
Y luego está la misión Ossiris-Rex de la Nasa que también planea observar y recoger muestras del asteroide Bennu. Está previsto que el 3 de diciembre de este año la nave se sitúe en la órbita de ese cuerpo celeste.
La nave New Horizons continúa su camino por el cinturón de Kuiper, después de haber pasado por Plutón. Ahora va al encuentro de un mini-mundo llamado Última Thule. New Horizons se lanzó en enero de 2006. Se prevé que pase por Última en enero del 2019.
Y ya para finalizar tengo que referirme a la joya de la corona: al telescopio espacial James Webb. Un extraordinario aparatejo de diez mil millones de dólares que estudiará cada fase de la historia del universo y que incorpora multitud de tecnologías innovadoras. Será lanzado el 30 de marzo de 2021 desde la Guayana francesa.
Una de mis ilusiones sería asistir al lanzamiento. La asistencia a este evento constituiría el cierre perfecto de mi histórica afición por los cohetes, desde que los veía surcando el cielo en las fiestas del pueblo.
Así que paso a poneros al corriente de las principales novedades que, a mi entender, más destacan en este ámbito.
Tenemos por un lado los planes de Elon Musk y su ya famoso Big Falcon Rocket (BFR) -también conocido como Big Fuck Rocket-. Si todo sale según lo previsto, para el 2020 el viaje entre dos ciudades situadas en extremos opuestos de la tierra, ¡no debería durar más de 30 minutos!
El mismo cohete debería servir para iniciar la exploración a Marte. Antes de 2030 ya deberían comenzar los viajes a ese planeta ¡Extraordinario!
En el ámbito de los planetas extrasolares, los avances también son muy relevantes. Así, la misión TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) permitirá descubrir miles de exoplanetas orbitando alrededor de las estrellas más brillantes en el cielo. A fecha de hoy, la nave ya lleva 150 días en el espacio realizando su tarea.
La misión Cheops, de la Agencia espacial europea también se ocupará de los planetas extrasolares refinando muchos parámetros de planetas ya descubiertos. Está previsto su lanzamiento a lo largo del 2019.
La Nasa's Insight Mars Lander ya está de camino a Marte. Lleva ya 71 días de vuelo y aterrizará en Marte el 26 de noviembre de este mismo año. Su función es monitorizar lo que ocurre en el interior del planeta.
Por otra parte, el rover marciano Mars 2020 será lanzado para ese mismo año. Promete realizar interesantes descubrimientos sobre la posibilidad de vida en ese planeta. Por primera vez será también enviado un pequeño helicóptero para sobrevolar el planeta.
El estudio de los asteroides también está en pleno auge. En este terreno yo destacaría dos misiones de gran interés: por un lado la nave Hayabusa 2 que ya ha llegado al asteroide Ryugu y lo va a observar durante año y medio para traer, posteriormente, muestras del mismo a la tierra. Esta misión la lidera Japón.
Y luego está la misión Ossiris-Rex de la Nasa que también planea observar y recoger muestras del asteroide Bennu. Está previsto que el 3 de diciembre de este año la nave se sitúe en la órbita de ese cuerpo celeste.
La nave New Horizons continúa su camino por el cinturón de Kuiper, después de haber pasado por Plutón. Ahora va al encuentro de un mini-mundo llamado Última Thule. New Horizons se lanzó en enero de 2006. Se prevé que pase por Última en enero del 2019.
Y ya para finalizar tengo que referirme a la joya de la corona: al telescopio espacial James Webb. Un extraordinario aparatejo de diez mil millones de dólares que estudiará cada fase de la historia del universo y que incorpora multitud de tecnologías innovadoras. Será lanzado el 30 de marzo de 2021 desde la Guayana francesa.
Una de mis ilusiones sería asistir al lanzamiento. La asistencia a este evento constituiría el cierre perfecto de mi histórica afición por los cohetes, desde que los veía surcando el cielo en las fiestas del pueblo.
viernes, 7 de septiembre de 2018
Incógnitas
Desconozco cuál fue el disparadero de mi afición por los fuegos de artificio.Desde niño siempre me llamaron la atención y creo saber que el origen se encontraría en las fiestas del pueblo. Pero en realidad no sé por qué hube de fijarme precisamente en esa y no otras circunstancias de lo que acaecía en las celebraciones,
Bueno, también me quedó grabado el formidable compás de la tuba y los alegres acordes del clarinete. La primera vez que escuché música "en vivo" algún oculto resorte de mi cerebro se encendió quedando grabada esa experiencia para siempre.
Asimismo recuerdo cuando descubrí que había peces "de verdad" en el río. Yo, que no había conocido otra cosa que las ranas y los "barbos cabezudos", no salía de mi asombro al contemplar las evoluciones de las madrillas en el "Pocico de Pallazas". La sonoridad del nombre del pozo también contribuyó -sin duda- a incrementar la magia y el encanto del paraje.
Y no te digo nada lo que supuso mi primer baño en dicho pocico. El fresco abrazo de las -entonces- cristalinas aguas, también permanece almacenado en mi disco duro. Al igual que la original forma en la que se secaba mi amigo Javier Cay, deslizando las manos por su cuerpo, eliminando gran parte del agua con rápidos movimientos.
Me acuerdo -y mucho- de la primera vez que bailé apretado y lo que ello supuso en mi nueva concepción de lo que venían siendo los rigores de la religión. "Esto no puede ser pecado"-pensé-
También quedó grabado en mi memoria mi primer beso y la amalgama de sensaciones, sabores y olores asociados a aquel mágico momento ¡Qué torbellino de impresiones!
... Y así podría ir desgranando momentos, lugares, descubrimientos y sensaciones que -sin yo saberlo- pasaron a integrarse en mi; a formar parte de lo que ahora soy; a dejar una indeleble huella que ya para siempre me ha acompañado.
La explicación de que mi mente reparara en esos y no en otros eventos constituye un auténtico misterio. Una incógnita.
¡Qué no daría yo por descubrir las ecuaciones de mi vida y por resolver todas sus incógnitas!
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