Me ha sorprendido muy agradablemente la visita girada a los conciertos de otoño en la iglesia de San Cayetano. Acudía sin ideas preconcebidas y con la disposición de disfrutar del repertorio de las corales. Ya, desde el primer momento, observé el interés y dedicación con el que la gente normal y corriente de los pueblos se entrega a esta afición tan loable cual es el canto coral.
Quizás el desplazamiento a pie desde mi casa por la ribera del Ebro y la apacible tarde del sábado se constituyeron en elementos de favorable predisposición al evento. Esa preparación inicial se materializó en agradable sorpresa según iban fluyendo los acontecimientos.
En primer lugar el marco en el que se desarrollan los conciertos no puede estar mejor elegido: la iglesia de San Cayetano, también conocida como Real Capilla de Santa Isabel de Portugal. Restaurada, con los santos repintados y la iluminación activada, lucía ayer en todo su esplendor. Después la entrega y dedicación de los coralistas. Cuando llegué (sobre las 17:35) estaban todo afanados repasando, puliendo, dando los últimos toques a sus ya muy ensayadas canciones.
En segundo lugar hay que destacar también la muy loable iniciativa de la Diputación Provincial de Zaragoza que anima e impulsa la constitución de los grupos corales en los pueblos y realiza la provisión de maestros coralistas mediante -supongo yo- la contratación de directores experimentados. Uno de ellos, muy joven, llamado Cristian Ortiz Remacha dirigió muy acertadamente tres corales: la de Utebo, la de Gelsa y la de Pina de Ebro. Belén Carrere Blasco, jovencísima directora también me sorprendió muy agradablemente porque se implicaba con todo su cuerpo en la dirección del grupo. Finalmente el decano de los directores, Antonio González Sánchez, se constituyó en excelente regidor de la coral Salillense y me deslumbró con sus acompasados movimientos y la armoniosa candencia de sus manos. Él dirigió también los cánticos finales con todas las corales agrupadas.
Mi tercera observación va para el más que notable desempeño de los grupos. Ciertamente no me esperaba una ejecución tan armoniosa, un ensamblaje de ritmos, tonos y timbres tan ajustado, un repertorio tan bien elegido.
La iglesia estaba llena en sus tres cuartas partes. Mayoritaria presencia de gente mayor, hecho comprensible dado el aplastante márketing que desarrollan las discográficas anglosajonas entre nuestros jóvenes.
Actuó en primer lugar la coral de Utebo -que no iba en el programa-, después la de Salillas, luego las de Gelsa y Torres de Berrellén y finalmente la de Pina de Ebro. Esta última coral, con el incentivo adicional de un baile paloteado acompañado de música de gaita. Mi mente, que no puede parar, elaboró un sencillo acróstico para recordar todas ellas en el orden de intervención: USAGE TOPI. Cada grupo ofreció tres canciones y, en total, la duración de la muestra fue de una hora y cuarto aproximadamente.
El público escuchaba respetuoso las distintas intervenciones y aplaudía con generosidad el inicio y la finalización de cada canción. Delante de mí un señor colocó el programa en un lateral del banco para indicar que ese sitio "estaba ocupado". A lo largo de la muestra defendió con contundencia la propiedad de esa plaza. Me resultó curioso y un poco incómodo el hecho de comprobar cómo varias personas mayores intentaron sin éxito sentarse en el sitio reservado sobretodo teniendo en cuenta que, acabó la representación y nadie se había ubicado en el lugar en el que tanto empeño había puesto para que no se ocupara.
Tomé muchas fotos y también grabé en vídeo un pequeño fragmento de la intervención de cada coral. Más que mis palabras, la visualización de los vídeos os proporcionará una referencia nítida de cada uno de los grupos.
Tan encantado salí del concierto que ya me he apuntado -mentalmente- al próximo del domingo 18 de diciembre a las 12:00 horas en el que intervendrá la Banda provincial de música con el concierto de navidad. Desde estas líneas os animo a todos los que os guste la música a compartir conmigo este delicioso concierto.
Has empleado el móvil que hace todo y le has dado al artículo una nueva dimensión, los pequeños cortos que ahora están de moda.Nosotros cantábamos ,y bien,entre los legajos de San Martin y los balcones de Santa María, como los chicos del coro. Un abrazo de Javier.
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