
Como no sabía nada del ciclo vital del limonero, no fue hasta que planté uno de ellos en el jardín que me fui enterando de todas sus virtudes: las hojas, al frotarlas desprenden un inconfundible olor, sus flores de azahar huelen deliciosamente y los frutos, los limones, también tiene múltiples aplicaciones medicinales. Si a ello unimos su continua floración, estamos ya hablando de un árbol con excelentes propiedades. Sí, amigos, mi limonero me tiene lelo.
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