La gran ventaja de tener en tu domicilio una conexión directa con el mundo entero es que puedes comparar, optar, elegir. Este hecho resulta determinante puesto que ya puedes establecer una contraposición entre los procedimientos que habitualmente siguen las entidades financieras y tu propia forma de proceder ante el ordenador.
De momento, generalmente cuando acudes a un banco, lo primero que tienes que hacer es esperar. Ya no aludo al hecho de que, necesariamente, tienes que desplazarte hasta la oficina correspondiente con la consiguiente inversión de tiempo y dinero de transporte. Luego, que no tengas la mala fortuna de que -como me ocurrió recientemente- estén cambiando de sistema informático, que no se pueda actualizar la libreta o, directamente, te toque un empleado no-facilitador, es decir "dificultador" de la gestión.
La casuística puede ser variada y múltiple. Todos hemos vivido situaciones alucinantes a cuenta de las entidades bancarias. Yo incluso me vi atrapado en su día en un atraco. De lo cual deduzco que nada bueno se puede esperar cuando entras a una oficina bancaria.
Así que, amigos he llegado a la conclusión que lo mejor es el banco en internet. A tu disposición las 24 horas del día. Sin colas, sin empleados malhumorados. Sin pérdidas de tiempo.
Seguro que se reinventarán pero a la banca tradicional se le está ya pasando el asado.
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