Hasta hace poco creía que las piscinas municipales que están cerca del Puente de la Unión tenían el nombre de Alberto Malsiro. Fijaos que las líneas horizontales de la fachada enmascaran el verdadero nombre. Si lees mientras pasas con el coche por las cercanías es fácil errar el tiro y pensar que es el nombre anterior.
No creáis. Me costó un tiempo dar en el clavo y averiguar el verdadero titular de las instalaciones. Ya los psicólogos de la forma nos avisaron de las peculiaridades de la percepción humana y enunciaron sus famosas leyes de la percepción que afectan sobre todo al ámbito de la visión. Aquí intervendrían la ley de la proximidad y la de similaridad.
Me pregunto en cuántas ocasiones no habremos cometido errores perceptivos parecidos. No sólo en el ámbito de la visión sino también en otros muchos campos.
De los errores perceptivos pueden derivarse malentendidos y de estos últimos, a su vez., interpretaciones incorrectas. Todo ello aplicado al campo de las relaciones humanas nos proporcionaría un amplio abanico de errores, malinterpretaciones y meteduras de pata dignos de estudio y análisis pormenorizado.
Por cierto, el verdadero nombre del club deportivo municipal es Alberto Maestro.
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