No seré yo quien deje de reconocer la importancia mundial que tienen los torneos futbolísticos. Y también estoy de acuerdo que, cuando viajas, un tema socorrido y que casi nunca falla es hablar de fútbol, partidos y futbolistas. Así mismo reconozco la espectacularidad de los torneos más señalados, por ejemplo cuando juega el Barcelona con el R. Madrid.
Aún así, lo siento, pero no me gusta el fútbol. Sé que pertenezco al reducido grupo de "raros" que se apasionan mejor por otros temas, aunque a estas alturas de mi vida, lo que pudiera suponer de extraño de mis aficiones ya me trae sin cuidado.
Dadme ciencia, investigación, nuevos conocimientos, nuevas fronteras por descubrir y nuevos retos para encarar. Dadme música, teatro, buena literatura. Habladme sobre el universo. Ilustradme sobre lo más pequeño, los límites de la física. Concededme un buen paseo en compañía de un buen conversador, mostradme todas las vertientes de las artes y las letras, una buena película, un buen concierto... Pero no, no me déis la lata con los detalles del último partido, las declaraciones de los jugadores, las ocurrencias de los entrenadores, la clasificación de la liga...
Creo recordar que los partidos duran 90 minutos. Tiempo de sobra para, por ejemplo, charlar distendidamente en familia sobre cómo ha ido el día. O para tomar un vermut tan ricamente.
Bueno, ya somos dos: no-sport.blogspot.com
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