Muchas son las iniciativas que se están tomando para atajar el terrorismo yihaidista, destacando especialmente las acciones bélicas. Y no seré yo quien diga si son más o menos acertadas. Sin embargo, a veces me sorprendo con la dialéctica guerrera de unos y la candidez de otros. Desde mi punto de vista, el problema no se arregla sólo con bombas o sólo entonando eslóganes de "guerra no".
Hay muchas más medidas que se podrían poner en marcha para rebajar la inquina que algunos musulmanes le tienen a occidente. La situación de pobreza en muchos países árabes no es para obviarla. Como tampoco es la desigual distribución de la riqueza.
Lo cierto es que por todos sitios sale a relucir el tema de la religión. Se mata en nombre de un Dios que, supuestamente, es el verdadero. Los demás dioses por tanto, no son los "auténticos".
Y aquí es donde yo creo que se podrían también emprender acciones para rebajar la tensión, para tratar de ampliar la mirada y el punto de vista de los que sólo contemplan que su religión es la auténtica.
Sería algo tan sencillo como pedir -exigir diría yo- a los países árabes que acepten la libertad religiosa -de verdad- en sus respectivos territorios y que los términos "infiel", "cruzado", etc se eliminen del vocabulario de su población.
No es de recibo echar mano de la libertad religiosa que gozan las democracias occidentales y que no haya correspondencia en sus respectivos países.
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