También importa ¡y mucho! que los demás te quieran, que cuenten contigo, poder ayudar a los demás, pasear por el campo, disfrutar de una canción, saborear una buena comida, enfrascarte en una amena charla con un buen contertulio...
Importa la estabilidad emocional, la curiosidad intelectual, aprender cosas nuevas, mejorar tus capacidades comunicativas, estar aprendiendo permanentemente...
Cultivar todas estas destrezas implica un tiempo de dedicación, un empeño en conseguirlo. La recompensa supera con creces el esfuerzo desarrollado.
Que nadie lo olvide: lo que de verdad importa no cuesta dinero
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