El caso es que si hacemos repaso de nuestras respectivas jornadas diarias y lo hacemos de forma sistemática, poco a poco iremos dando en la clave, en la fórmula adecuada para detectar temáticas que nos hayan impactado especialmente.
Se me podrá argüir que la en percepción de los hechos siempre aparecerá el tamiz de nuestra propia personalidad, de experiencias pasadas, de socializaciones e inculturaciones anteriores. Y es verdad. Es inevitable que así sea. Aún con todo, creo que esta forma de proceder potencia la capacidad de observación, la curiosidad y la creatividad y, además, destapa temas que, de otra forma, quedarían dormidos, olvidados en la vorágine del devenir cotidiano de cada cual.
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