También los caracoles merodean por el jardín. Mejor dicho, lo invaden. De forma sigilosa y nocturna se adentran en la propiedad aprovechando el calor pre veraniego.
No los culpo por ello. Los entornos artificiales que hemos creado en la ciudad, les atraen sobremanera. En especial acuden a la humedad. Ahora con los riegos automáticos hemos creado una respuesta condicionada de estos moluscos gasterópodos dotados de una concha espinal de tal manera que ya intuyen cuándo su territorio va a estar más fresquito.
Lo cierto es que la naturaleza ha tenido brillantes ideas y múltiples ensayos con los seres provistos de conchas. Y todos ellos muy acertados. A la vista está también el éxito de los moluscos cefalópodos extintos que existieron en los mares desde el Ordovícico finales del Cretácico. Se les conoce con el nombre de Amonites.
Hace tiempo que decidí no colocar cebos ni productos nocivos en el yard, así es que por estas fechas casi todas noches salgo al jardín a recolectar manualmente caracoles invasores. El promedio recolector es de unos 10-15 caracoles/noche. No nos los comemos. No nos gustan especialmente. Los traslado en una bolsa a un descampado cercano y allí les doy suelta.
👏👏
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