Alucino con el artículo de Pascale Fang en el número de enero-16 de la revista Investigación y Ciencia. Los avances en robótica y las incursiones en el mundo de los sentimientos y de las emociones no pueden dejar indiferente a nadie.
Por lo que se ve están avanzando bastante en lo que llaman el "módulo de empatía", es decir, la capacidad que deberán tener los robots para entender señales faciales e indicadores acústicos en el habla y en el contenido
Ensamblando adecuadamente estas capacidades y proveyendo a la máquina de los programas apropiados ya tenemos las condiciones para enseñar a los robots a reconocer emociones en el propio lenguaje oral y también para entrenarlos en el reconocimiento facial de las emociones básicas.
La empresa Ivo Technologies se dedica a construir máquinas empáticas de uso doméstico. El advenimiento de los robots empáticos es inminente.
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