Quién le iba a decir a aquel chaval de pueblo cuyo universo se restringía a su propia localidad podría -siendo mayor- comunicarse con gente de todo el planeta. Imposible imaginar con 10 años que el mundo estaría a mi alcance, que podría desplazarme fácil y asequiblemente de un país a otro y -lo mejor- que podría estar al día de todo lo que se cuece en el espacio y con información de las fuentes originales (NASA, ESA, JAXA, ISRO, CNSA).
Quién me iba a decir que podría hablar y ver a mis interlocutores de otros países a través de Skype. Y que esa funcionalidad me iba a proporcionar la posibilidad de conocer nuevos amigos y nuevas culturas. Cómo imaginar que se podría hacer realidad la posibilidad de viajar y permanecer un tiempo en el extranjero. Que tendría a mi disposición todo un mundo de posibilidades para aprender y mejorar los idiomas. Y que todo el conocimiento -cualquier conocimiento- estaría a mi alcance sólo con apretar un botón.
Sí, amigos. En pocos años muchos hemos pasado de un estilo de vida local a otro mundial. A tener una perspectiva global de la realidad. O más aún. A tener una perspectiva universal puesto que tampoco nos es ajeno lo que ocurre en cualquier parte del universo. Tenemos las herramientas para ello. Podemos hacerlo.
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