He redescubierto el mundo de la rosca. Y la verdad es que me ha venido muy bien volver de nuevo a mis orígenes. Prácticamente todo es susceptible de ser unido mediante un tornillo. Recurrir a la soldadura resulta chapucero en algunas ocasiones cuando no realmente oneroso. Pero si te provees de un macho y de una terraja, puedes roscar casi todo.
El subidón de moral que te da saber que tienes el poder de la unión en tus manos es algo que no hay que dejar de lado. La sensación de dominio también se agradece.
Amigos: con el roscado hemos topado!!!
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