En época estival hay que cuidar especialmente las macetas. Atento a sus necesidades valoro si el riego es suficiente, si hay que protegerlas del sol, si hay que abonar o si hay que trasplantar.
Reconozco que la vida de una planta, constreñida en una maceta es bastante artificial. Pero al mismo tiempo estaremos de acuerdo que este formato es una estupenda vía para tener en casa, en poco espacio una representación de la madre Natura.
Y el paralelismo con las personas también lo veo -salvando las distancias- muy claro. Si la planta tiene luz, agua y nutrientes en las cantidades adecuadas, su crecimiento y vigor están asegurados. Hay que tener mucho cuidado con las plagas y las enfermedades. Asímismo podemos añadir una pizquita de cariño y de paciencia que seguro van a contribuir a una mejor salud vegetal.
Pero, en todo caso, la tendencia de la maceta es a crecer y también a reproducirse. Eso es inevitable.
Muchas veces me dan ganas de liberar a algunas de mis plantas enmacetadas para que vuelvan a su estado natural. Pero finalmente las retengo conmigo. Trato de que su vida en forzada cautividad sea lo más liviana posible.
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