Trasladando la frase a la situación actual, lo mismo podríamos afirmar de muchos equipamientos municipales que, en su momento se inauguraron con gran boato y que ahora se marchitan debido a la dejadez y al abandono de quienes tienen la responsabilidad de asegurar su mantenimiento.
Sin ir más lejos, ayer me di un paseo por el Canal Imperial, a la altura de Torrero y en dirección La Cartuja. Lo que en su momento fue una idea brillante y un gran servicio para los ciudadanos se ha convertido en paradigma de la desidia y el olvido. La mayoría de las arquetas de la luz no tienen tapa, los árboles jóvenes a punto de secarse, los paneles informativos inutilizados. El mantenimiento brilla por su ausencia.
No es el único caso que he visto. Ocurre también en otras ciudades y en muchos pueblos. Se inauguran servicios públicos pero se cae en el error de no revisarlos periódicamente. Quizás sea algo atávico del carácter español. O falta de sensibilidad y de pensar en los demás. No estaría de más que la nueva corporación municipal tomara nota de este hecho. Si proceden de forma responsable, los ciudadanos sabremos reconocerlo.
Así difícilmente podremos regar en condiciones |
Imposible enterarse del panel informativo |
Esta indicación me parte el corazón |
La emprendieron a perdigonadas con el cartel |
La falta de riego hace mella en los árboles jóvenes |
En lugar de tapas de las arquetas ahora tenemos palets |
Un paseo bien bonito pero abrasado por el solito |
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