Planta melífera de esta semana: cebollino
El proceso por el que las abejas obtienen su alimento es sumamente delicado. Las flores constituyen la base de su alimentación. El néctar floral lo generan las flores en unas glándulas llamadas nectarios. Las plantas melíferas, como es natural, ejercen sobre estos insectos una intensa atracción.
Otra interesante vía de alimento proviene de la llamada "mielada" que es elaborada por algunos insectos succionadores de la savia de los árboles que posteriormente excretan en las hojas y ramas. Estas secreciones contienen numerosos carbohidratos de la savia que resultan atractivos para las abejas.
"Las abejas recogen el néctar de las flores con sus largas lenguas tubulares, específicamente adaptadas para ello. Cuando una abeja se posa en una flor, utiliza su lengua para sondear los nectarios de la flor, que son las glándulas que producen y secretan el néctar. La lengua de la abeja es flexible y puede extenderse para llegar a lo más profundo de los nectarios, lo que le permite recoger todo el néctar posible.
La lengua de la abeja está cubierta de pequeños pelos que ayudan a capturar y retener el néctar mientras lo recoge. La abeja también segrega una pequeña cantidad de saliva sobre el néctar, que ayuda a descomponer los azúcares y hacerlos más fácilmente digeribles.
Una vez que la abeja ha recogido una cantidad suficiente de néctar, lo almacena en un órgano especial llamado buche, situado cerca del estómago de la abeja. A continuación, la abeja puede seguir recogiendo más néctar de otras flores, añadiéndolo al néctar ya almacenado en su buche. Cuando la abeja haya recogido suficiente néctar, volverá a la colmena y transferirá el néctar a otras abejas, que lo almacenarán en los panales" (Extraído de la web "Dulcemelis")
Existen infinidad de plantas melíferas y una forma de apoyar activamente a los polinizadores es disponer en nuestros hogares de macetas con alguna de ellas.
El mundo de las melíferas es apasionante. Casi todas ellas se podrían agrupar bajo el nombre de aromáticas si bien la diversidad es significativa.
En los alrededores de Zaragoza abundan el romero y el tomillo. Pero la propia ciudad ejerce un gran atractivo para las abejas puesto que aquí disponen de un significativo número de plantas melíferas. En este sentido el contacto con el área de parques y jardines nos proporcionará la información necesaria para un conocimiento más preciso de la distribución de las melíferas en la ciudad.
Los horticultores aficionados también apoyan la alimentación de los polinizadores plantando especies que resultan atractivas para ellos.
Por mi parte me he hecho con el libro "Plantas melíferas" donde se describen un total de 220 especies.
Y me he propuesto plantar una melífera diferente cada semana.
Curiosamente he empezado por un género del cual desconocía sus cualidades melíferas: la cebolleta.
La semana que viene continuaré con la cebolla persa; la siguiente con la campanilla de invierno y así, sucesivamente hasta el final. En este caso, la experiencia vendría a ser como un viaje oloroso y de apoyo a las abejas.
Si os interesa el tema os animo a que también vosotros plantéis alguna aromática. Siempre es estimulante contemplar cómo la vida se acerca a vuestros huertos o a vuestras macetas.
Buena clase formativa, y nuevo reto que te planteas para acompañar tu mundo de las abejas.
ResponderEliminarSeguro que conseguirás plantar todo el repertorio melifero.
Es tu eterno tributo a la miel.
Saludos, José Luis
Es otro mundo muy interesante al que le sería la pista hace tiempo pero ahora quiero practicarlo y ponerlo en marcha.
ResponderEliminar¡El que no se entretiene porque no quiere!
Saludos