La potencia de computación de los ordenadores ha llegado a tal grado que ya cabría la posibilidad de grabar todo lo que decimos durante, por ejemplo, un año y con posterioridad realizar un análisis estadístico de las palabras más utilizadas. No solamente eso sino que se podría realizar un perfil muy afinado de la persona de acuerdo con el contenido de sus interacciones y su discurso habitual. Constituiría, sin duda el mejor test de personalidad.
Sí, es cierto que no somos solamente lo que decimos. También somos lo que pensamos. Y lo que sentimos. Pero aventuro que no está muy lejos la solución para el tema del análisis de las emociones. Sobretodo con los asombrosos avances que se van realizando en el análisis de las expresiones faciales y de la mirada.
Otra cosa muy distinta es desmenuzar los pensamientos. Allí hemos tocado hueso. Va a resultar complicado en un plazo prudente de tiempo adentrarnos en las interioridades cerebrales de cada cual. Pero no me atrevo a poner la mano en el fuego. El avance de la ciencia es imparable.
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