Todas las mañanas mis amigos de Google Photos me envían un recordatorio con las instantáneas o pequeños vídeos de hace uno, dos o 10 años. En principio es un servicio gratuito. Quizás el único pago sea algún tipo de dato que la compañía usa para sus menesteres. No sé. No lo tengo claro.
Lo que si me resulta llamativo es la enorme capacidad de almacenamiento digital que debe manejar esta empresa si quiere conservar los recuerdos de tantos millones y millones de ciudadanos.
De hecho, con la miniaturización de los circuitos electrónicos ya es posible guardar en vídeo digital lo que podamos hacer ¡durante toda nuestra vida! Técnicamente eso ya es posible.
Imaginaos como cambiarían nuestros recuerdos, la percepción del pasado e incluso nuestras relaciones personales si toda nuestra vida -desde el nacimiento hasta la muerte- fuera grabada y, por tanto, pudiera ser reproducida.
Imaginad también las consecuencias que esto acarrearía de cara a nuestros descendientes. Ellos si que dispondrían de una imagen fidedigna de lo que fue la vida de sus abuelos, bisabuelos o... tatarabuelos.
Evidentemente para visualizar nuestra vida tendrían que ocupar el tiempo de toda la suya así que nos veríamos obligados a realizar un extracto; un resumen de lo más significativo. ¿Con qué secuencias nos quedaríamos? ¿Cuál sería el legado que querríamos transmitir a nuestros descendientes?
Pero... ¡Esperad! ¿Y si ya no encuentran el programa con el que ver las imágenes?. O peor aún: ¿No podría ocurrir también que los que nos sucedan no tengan ningún interés en conocer lo que fue la vida de sus antepasados?
Quizás estas tecnologías sólo resulten de interés para los protagonistas o para los historiadores. Me estoy acordando ahora de un capítulo de la serie Black Mirror "The entire history of you" (Toda tu historia) en la que los protagonistas pueden grabar y reproducir en su cerebro todas las secuencias que deseen de su propia vida (ver análisis).
Sea como fuere lo que está muy claro es que el avance imparable del almacenamiento digital en la nube, la miniaturización y la inteligencia artificial (IA) están cambiando de manera irreversible lo que hasta ahora ha sido el recuerdo y el legado que pasa de unas a otras generaciones.
¿Cómo evolucionará esta carrera imparable de aquí a -digamos- 20 años? ¿Qué y cómo se recordará lo que fuimos cuando ya dejemos de existir?
No es que me quite el sueño pero me intriga sobremanera
¿Y a vosotros?
Hombre, claro que intriga, todo dependerá de la curiosidad que tengan los venideros en saber de las andanzas de cada uno.
ResponderEliminarSi con el tiempo se podrá filmar todo el recorrido mental de cada uno y exponerlo en la tv. para verlo, puede ser,,,, convertir el recuerdo en un microfilm y que dé vueltas en la nube.
Complejo es el tema,José Luís,aunque le lleves la contraria a Azorín,,,, bueno aún eres joven.....un abrazo.