La vejez es un tirano que prohíbe, bajo pena de muerte, todos los placeres de la juventud.
François de La Rochefoucauld
Nos lo pueden presentar de múltiples maneras. En forma de insistentes anuncios de perfumería, machaconas llamadas al consumo o bíblicos mensajes de una u otra creencia; pero el caso es que, en el fondo, lo que celebramos estos días es... la vida.
Decidme si no los motivos de ubicar estas fiestas precisamente al comienzo del solsticio de invierno. O la razón de las múltiples celebraciones que, desde siglos inmemoriales, se han venido llevando a cabo por estas fechas. En Japón es el Amaterasu, en Laponia el festival Beiwe; en Pakistán el Choimus; en Malí el Goru y así en un montón de países y culturas.
La propia Navidad no es otra cosa que la exaltación de estar vivos. La cena de Nochebuena y la comida del día de Navidad son ocasiones propicias para juntarnos de nuevo las familias y congratularnos del hecho de poder hacerlo un año más. Todo, todo gira en torno a esta idea tan básica y fundamental.
Y enlazando una cosa con otra, es precisamente este hecho central de la Navidad -la vida- lo que hace que este planeta sea tan peculiar y tan interesante.
Estoy seguro que esa y no otra es la causa de que alimentar la vida nos proporcione tantas satisfacciones.
Cultivar el huerto o dar de comer a los peces de un estanque, proporcionar restos orgánicos caseros a lombrices o facilitar la eclosión de nuevos huevecillos de rana; favorecer la población de abejas o buscar nuevos territorios para los caracoles.
Con frecuencia realizo estas tareas y cada vez me hago más consciente de que el placer que obtengo realizándolas enlaza directamente con algo muy ancestral.
Los seres humanos somos bastante peculiares. En nuestra vertiente animal está inscrito el designio de terminar con la vida de otros seres para alimentarnos nosotros.
Y mostramos la cara más humana cuando -sin ninguna otra intencionalidad- favorecemos la eclosión y el mantenimiento de la vida en el planeta.
Hacerme más consciente de todo lo que acabo de comentar incrementa mi deseo de celebrar con más intensidad, si cabe, estas fechas.
Y ya de paso, aprovecho para desearos a todos:
¡¡Muy feliz Navidad y un excelente año 2021!!
Feliz Navidad José Luis!!! Y un mejor año 2021.!!!
ResponderEliminarNo dejes de escribir para poder seguir leyendo tus didácticos artículos.Un abrazo.
Tienes razón,en la Navidad, se celebra el canto a la vida, el resumen anual de actitudes festejado con los que te rodean.
ResponderEliminarVes que en estas fechas, aún te quedan trozos de felicidad en el bolsillo y eso es buena señal,no la has consumido toda, disfrutas de la existencia y estas satisfecho,,,, vas sobrado de actitud.
Buen artículo de pedagogía máxima.
Saludos, José Luis.
Soy yo, amigos el que disfruta de vuestros comentarios y vuestra compañía. Una vez renovado nuestro pacto con la vida, dispongámonos a apurarla a fondo a lo largo de todo el año 2021.
ResponderEliminarQue la madre naturaleza nos acompañe