Pregúntale a tu cuerpo
"Oblique Strategies" - Brian Eno, Peter Schmidt
Todos los trabajos relacionados con el trato con personas, tienen su enjundia. Me da lo mismo si se trata de profesores, vendedores, policías, psicólogos o... médicos.
En el ejercicio de todas estas profesiones te encuentras con lo mejor y con lo peor del ser humano. En cada jornada aprendes cosas nuevas y, naturalmente, el estrés hace su presencia en más de una ocasión.
En el caso de los médicos podemos encontrar un plus extra de dedicación a los demás. Aquí ya no solo hablamos de interacción sino también de empatía, conocimientos y buen ojo clínico para acertar en el diagnóstico de las enfermedades.
Los orígenes de esta profesión los encontraríamos ya en las tribus antiguas en la persona de los hechiceros, los chamanes o los sanadores, en general. Como puede verse, la cosa viene ya de muy atrás.
Hoy, sin embargo muchos son los problemas que afligen a los doctores; siendo, sin duda, el mayor de ellos el excesivo número de pacientes a los que tienen que atender.
El elevado número de casos o presión asistencial impide a los profesionales realizar su trabajo con la tranquilidad necesaria para llevar a buen término el ciclo completo de anamnesis o recogida de información, diagnóstico y propuesta de tratamiento.
Hoy en día, en la sanidad pública, las cosas funcionan de otro modo. Y en muchos casos el facultativo debe dedicar más tiempo a redactar informes en el ordenador y a teclear que a escuchar al paciente.
Supongo que, al igual que en otros trabajos de atención al público, los médicos deberán realizar un ejercicio de higiene mental para no llevarse a casa, al final de la jornada, muchos de los problemones a los que tienen que hacer frente cada día.
Y como en este caso concreto muchas temáticas son de vida o muerte, todavía se hace más necesario ese entrenamiento en el olvido selectivo de situaciones más lamentables.
La medicina ha alcanzado unos niveles de cientificidad extraordinarios. Y se apoya en medios diagnósticos increíbles. Los logros alcanzados son incontestables.
Probablemente yo, que he sido operado de dos hernias inguinales y que, de propina, he padecido un ictus ya habría pasado al otro mundo si hubiera vivido a principios del siglo pasado. Y sucede lo mismo con otras muchas personas que en algún momento de su vida han tenido que ser intervenidas o que siguen algún tratamiento que minimiza el alcance de su enfermedad.
Los avances médicos han conseguido metas increíbles. La farmacología ha mejorado radicalmente la vida de las personas. La esperanza de vida se ha incrementado de forma generalizada en todos los países. Y se sigue investigando para mejorar la salud y las condiciones de vida de las personas mayores.
Los y las profesionales que ejercen la medicina con vocación de servicio a los demás cuentan con todos mis respetos y, creo, que con el reconocimiento de toda la sociedad.
Pues sí, en España tenemos que estar agradecidos con la sanidad tan potente que tenemos.
ResponderEliminarAhora, por la escasez de médicos y por la gestión administrativa, están muy agobiados.
El buen médico siempre ha sido respetable y agradecemos su dedicación y buenas palabras de auxilio.
Creo que con el tiempo todo se organizará mejor.
Tenemos suerte de tener una buena asistencia.
Artículo excelente.
Enhorabuena.
Un abrazo de Javier
Una clara exposición de la problemática profesional del cuerpo médico en España. Si señor.
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