El sábado, 17 de mayo-14, tuve ocasión de contemplar el intrépido vuelo en parapente de un grupo de aficionados a este deporte. La cita era en Loarre y al principio el tiempo no acompañaba. Por la tarde se calmó el aire un poco y los aventureros del cielo se lanzaron pendiente abajo, tomando impulso para, posteriormente, remontar -majestuosamente- el vuelo y alzarse hasta alturas temerarias.
El deseo de volar, de imitar a las aves, siempre ha estado presente en el alma de los humanos. Desde Ícaro hasta Leonardo da Vinci pasando por los hermanos Montgolfier cientos si no miles de intrépidos aventureros intentaron remontar el vuelo, superar nuestro fatal designio de quedar pegados a la tierra.
Con mi admiración a los aficionados a esta actividad, os paso unas cuantas fotografías y un vídeo que pude tomar.
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Preparándose en la pista de despegue |
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Intentando controlar el viento |
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¿Cómo pueden sustentarse tan grácilmente? |
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Ganando altura |
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El castillo observando atónito la intrepidez de los parapentistas |
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La elegancia del vuelo en parapente es digna de admirar
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