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viernes, 1 de enero de 2021

¿Cuánto tiempo pasas viendo lo que hacen los demás?


Tal vez el ateo no puede encontrar a Dios por la misma razón
 que un ladrón no puede encontrar a un policía.


Tengo un amigo muy aficionado a las series de TV. En cuanto detecta alguna novedad, rápidamente se pone al corriente y trata por todos los medios de visualizarla al completo.

Conozco varias personas que dedican gran parte de la jornada a ver las noticias en la tele. A veces amplían el cupo de tiempo sumando también deportes o informativos especiales.

Yo mismo me tengo que autocontrolar porque YouTube cada vez afina más con sus propuestas y cada vez me tiene más pendiente de las últimas novedades.

Un día -de repente- me surgió una reflexión: en realidad todo ese tiempo dedicado a la pantalla es tiempo empleado en ver lo que hacen los demás.

¡Ojo! hay que evitar maximalismos. No pretendo insinuar que no hay que ver nada en la tele, móvil u ordenador. Pero coincidiréis conmigo que fácilmente se nos puede ir la mano en cualquiera de esos ámbitos.

Pensadlo bien ¿No sería mejor y más provechoso que, en lugar de invertir el tiempo en ver lo que hacen los demás fuéramos nosotros los protagonistas de las experiencias?

Si, sí. Ya veo lo que me contestáis. "Hay que estar informado"; "Me gustan los deportes"; "Nunca podré ser yo el rico, el guapo o el ligoncete de la película". De acuerdo. Os concedo que algunas experiencias difícilmente podremos experimentarlas por nosotros mismos. Pero....

¿Creéis que merece la pena dedicar más tiempo del necesario a las últimas declaraciones de Pablo Casado o de Pedro Sánchez, por poner un ejemplo? 

Una vez conocida la supuesta noticia ¿Compensa ver y escuchar lo que la "fauna contertuliana" opina sobre ello? El hecho de que yo vea y escuche argumentos a favor o en contra... ¿va a contribuir a que las cosas cambien en una u otra dirección?

Yo lo tengo claro. Lo que cambia las cosas es la acción. No es suficiente con ver, escuchar o indignarnos. Hay que actuar. Y hay que hacerlo adecuando el empeño a cada situación personal.

Todo el tiempo que dedicamos a las pantallas lo detraemos del dedicado a vivir nuestras propias experiencias. La excesiva recepción de opiniones ajenas oculta y enmascara nuestras propias opiniones. Mejor disfrutar de las propias sensaciones antes que hacerlo a través de la mediación de otros.

Puede que mi mensaje suene raro o incluso paradójico en estos obligados tiempos de "presencia virtual". Quizás por eso mismo y por mi propia experiencia como "viajero a través de la web" el mensaje resulta todavía -creo yo- más oportuno.

Para mi gusto hoy más que nunca el eslogan de las hermanas Agazzi cobra todo su sentido:

"Nunca la palabra sin la cosa y nunca la palabra y la cosa sin la acción" 

1 comentario:

  1. Pues, estoy de acuerdo contigo, y es como actuo yo, dedicar lo mínimo a las noticias,dedicar tiempo solo a la gente que cuenta cosas interesantes, y pasar ya de las mesas tertulianas, que más que nada informan pero no pasan a la acción, no se cabrean.
    Es bueno no estar a expensas de lo que te ofrece la modernidad y ser más creativo con las aficiones de tu mundo.
    Reflexión acertada, presentas, profesor.buenos consejos.
    A empezar bien el año.
    Saludos.

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