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sábado, 13 de mayo de 2023

Viaje virtual por el mundo. Un apunte final más.


“Buenos amigos, buenos libros y tener una conciencia tranquila: esta es la vida ideal.”


Esta entrada se la debo a mi consuegra Martina que me sugirió que escribiera un poco más acerca de los motivos de mi iniciativa de viajar virtualmente por todo el mundo y de cómo me he ido sintiendo a lo largo de su desarrollo y al final de la misma. Desde estas lineas le agradezco sus sugerencias y, como digo, a ella le dedico este post.

Lo cierto es que cuando hablaba con personas de otros países, muchas me preguntaban cómo se me había ocurrido la idea de realizar este viaje virtual y de donde nacía el empeño de no cejar hasta completarlo.

Respecto a cómo se me ocurrió la idea hay que decir que, como todo, hubo un principio en todo esto.

Anteriormente a mi viaje por el mundo realicé otro viaje; pero en esta ocasión con cada una de las líneas de autobuses de la ciudad de Zaragoza. Aquí el origen del viaje no fue otro que descubrir una forma diferente de emplear las mañanas de los domingos. De allí surgió la iniciativa. 

Luego estaba el formato. El número de líneas de autobuses era manejable. Con una sencilla multiplicación enseguida me hice cargo del tiempo que tendría que invertir. Se trataba de un objetivo ambicioso pero realizable.

Finalmente el empeño en no fallar ningún domingo. Eso me viene de familia. Ya desde pequeño aprendí que con tesón y constancia todo se puede conseguir. A lo que hay que añadir un componente fundamental: determinación.

Para completar y enriquecer la experiencia, mi amigo Juan Comas me propuso que lo escribiera en un blog. Lo hice al principio de prueba y enseguida me enganchó el procedimiento.

Con todos estos antecedentes y teniendo en cuenta que en 2019 estábamos en plena pandemia, mi decisión de lanzarme a viajar por todos los países del mundo fue como una especie de rebeldía ante el hecho de que tuviéramos que estar confinados. Yo no quería resignarme a no poder viajar. Si se me impedía hacerlo en persona, lo haría virtualmente.

De nuevo hice cálculos y enseguida saqué una aproximación de cuanto tiempo me costaría completar mi proyecto: algo más de cuatro años. Se trataba de una meta asumible. Por otra parte ya estaba familiarizado con el formato del blog y, además los componentes de curiosidad y empeño en conseguir el objetivo los tenía claros. La iniciativa era totalmente viable siempre y cuando no fallara ni una semana a la hora de plasmar mis experiencias de viaje en el blog.

Otro componente básico para no desfallecer en la iniciativa fue el hecho de que mi amigo Javier Cay se sumó al viaje y desde el primer país visitado (Afganistán) hasta el último (Zimbaue) siempre escribió su opinión personal sobre cada país visitado al mismo tiempo que me reforzaba por la labor que estaba realizando lo cual nunca acabaré de agradecerle.

Otros amigos como Jorge, Luis Esteban o Basilio también fueron puntuales positivos comentaristas de mi labor.

Incluí también un contador de días que faltaban para terminar el viaje, lo que me daba una pauta de cómo se iba desarrollando todo.

A todo lo anterior hay que añadir mi empeño en mantener la mente abierta a constantes mejoras en el procedimiento que iba siguiendo a lo largo del viaje. De ese planteamiento surgieron dos iniciativas que me encantaron: adentrarme en el mundo de los youtubers viajeros y decidirme a hablar en persona con todos los ciudadanos nativos de los diferentes países que pudiera.

Este empeño contaba con un aditamento adicional: la necesidad de mejorar mi nivel de inglés con el fin de comunicarme con cierta facilidad con mis interlocutores. Buscando, buscando me encontré con la aplicación para aprender idiomas llamada Italki. Fue la solución perfecta para conocer en persona a gente de todo el mundo.

Tan importante como el objetivo que uno se propone es el formato que se va a establecer. En mi caso pensé que lo más sencillo era recurrir a la lista de los países oficiales que componen la ONU. Al seguir un orden alfabético se simplificó enormemente la elección del país de cada semana y, por otra parte se introducía el componente de variación ya que la ordenación alfabética me llevaba de un sitio del mundo a otro totalmente diferente lo cual conllevaba un componente de sorpresa que me agradaba sobremanera.

El hecho de haber trabajado en el mundo de la eneñanza también me ha facilitado enormemente las cosas. Sé que si quieres llevar adelante un proyecto, lo mejor es definir con claridad los objetivos que persigues, establecer los contenidos que quieres trabajar, realizar una temporalización y, una evaluación permanente a lo largo de su desarrollo así como una evaluación al final del proceso.

Sé también que el objetivo te debe exigir esfuerzo pero debe ser realizable. Si es demasiado fácil no es estimulante. Si lo pones muy difícil corres el riesgo de frustrarte.

Finalmente está el refuerzo y la satisfacción que supone alcanzar lo que te has propuesto. Soy consciente de que esto coblleva un gran autorreforzamiento que le anima a uno a continuar con este tipo de iniciativas. 

La idea final de celebrar durante dos meses el logro conseguido es otro componente fundamental de reforzamiento. En mi caso me hecho todavía más consciente si cabe de la importancia básica de contar con el apoyo de mis amigos y de mi familia y, por supuesto el mantener la mente abierta a la innovación y a la creatividad sin temor al qué dirán.

Como conclusión diré que, en mi opinión, el hecho de viajar se identifica y se funde con el mismo hecho de vivir. La vida en si misma es un viaje personal. Mientras viajamos nos sentimos vivos.

Por ese mismo motivo voy a continuar viajando. Y mi siguiente destino va a ser el Sistema Solar. Esto me proporcionará -sin duda- una visión más ajustada de lo insignificantes que somos, contemplados desde esta perspectiva.

Ya tengo previsto que cuando acabe de visitar todos los cuerpos más relevantes (sol, planetas, satélites, asteroides) continuaré mi viaje visitando la Galaxia Vía Láctea y allí, amigos, dadas las dimensiones de nuestra galaxia terminará necesariamente mi viaje porque, con toda seguridad, la vida no me dará tanto de si como para completar el recorrido.

Aunque me gustaría vivir muchos años  soy consciente de que en algún momento de mi visita a nuestra galaxia el viaje se tendrá que acabar. 

¿Hay alguna forma más excelsa de morir que hacerlo viajando?

¡Hasta el próximo sábado!  

3 comentarios:

  1. Yo te di mi palabra que te acompañaría en este viaje virtual y así lo hice.
    Para todo fue muy edificante, ir a países ignotos y saber de su vida te ayuda a valorar a la gente, la belleza, la bondad, la maldad, el sufrimiento, la alegría, los bailes, su música,,,,, todo fue un compendio para ver la grandeza del mundo en que vivimos.
    Eres único para organizar eventos.
    Enhorabuena, José Luis.
    Un abrazo de Javier.

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  2. Bueno, un olvido, suerte con tu viaje a las galaxias, seguro que disfrutaremos con tus escritos.

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  3. Vivir y viajar. Las dos empiezan por "v". Habría que añadir "virtualidad" con lo cual tendríamos la fórmula ideal para estos años de jubilación: vvv
    ¡Un abrazo!

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