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viernes, 26 de noviembre de 2021

¿Cómo será el futuro?


Ser valiente es ser libre

Séneca


El árbol genealógico de mi familia lo tenemos enmarcado en el pueblo. Se remonta hasta mis bisabuelos porque no he hecho más averiguaciones. Pero con un poco de dedicación y empeño yo creo que bien podría llegar hasta principios del siglo XIX o incluso un poco más atrás. No sé.

Aún con todo, ahora que ya tengo el título de abuelo, puedo ponerme en la piel de mis antepasados y no deja de sorprenderme como han cambiado los tiempos desde que nacieron los padres de mis abuelos allá por 1850 más o menos.

Es más, no tendría que remontarme tan atrás puesto que -yendo a mi propio caso- lo que era la vida cuando nací y lo que es en la actualidad no se parecen en nada.

Nunca hubiera imaginado, de niño, los avances que llegaría a conocer en todos los ámbitos. El cambio de estilo de vida ha sido radical. No se si mis bisabuelos se lo plantearían en su momento pero seguro que ni se imaginaban la trayectoria que llevarían sus bisnietos.

Esa misma pregunta me he hecho yo con mi nieto y muchas veces me entretengo intentando anticipar algún aspecto de la vida que él pueda llevar cuando tenga mi edad.

Cómo será su infancia no es muy difícil de adivinar porque sus padres tienen una buena formación y su situación económica es, digamos, holgada.

Otro tema es qué profesión elegirá; con quien se emparejará (o no) y si tendrá o no descendencia. En el caso de que así fuera, se repiten las mismas preguntas con los que ya serían mis bisnietos. Una tercera carambola nos llevaría a mis tataranietos ¿Qué mundo les tocará vivir?

Hablamos ya, aproximadamente, del año 2.080-2.090. ¿Cómo será la vida entonces?

Desafortunadamente no dispongo de ningún documento de mis antepasados en los que ellos expliquen sus ilusiones y sus cuitas. Es probable que, al menos por mi rama paterna algunos de ellos -o todos- fueran analfabetos. Imposible plasmar nada con esa condición.

A mi, desde luego me hubiera encantado conocer sus preocupaciones y sus cábalas. Tener aunque solo fuera un "flash" de cómo fue su vida.

Cuanto más pienso sobre estas cuestiones, más sentido le veo a mi artículo semanal en el blog. Cada vez lo concibo más como una "cápsula del tiempo". Quizás mis descendientes tengan curiosidad por saber cómo era la vida a principios del siglo XXI... o quizás no. 

Lo que si tengo claro es que por mi no va a quedar. Material escrito hay de sobras. Un montón de análisis, pensamientos  y reflexiones. Por si alguien, más adelante tiene interés en todo ello.

Tengo para mi que este planteamiento es el que le da más sentido, si cabe, a mi tarea.

Otro tema es si el soporte digital proporcionado por San Google aguantará el paso de los años o terminará disipándose.

Yo, por si acaso, también voy pasando al viejuno papel todos los escritos.

¡Larga vida a "Mi periplo"!

  

9 comentarios:

  1. Ya nos has acostumbrado,José Luis,a buscar cada día ,si hay un nuevo post en tu “Periplo”….Así que… sea por muchos años…Larga vida a “Mi Periplo”.

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  2. Ja, ja, ja... La vanidad del bloguero siempre se siente halagada por estos cumplidos.
    ¡Gracias, Luis!

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  3. Serían a final de los setenta, cuando en el piso de la calle José Pellicer, donde vivías, nos mostrabas un pequeño aparato de informática que obedecía la orden de sumar y restar como si fuera magia.
    Desde aquellos años hasta hoy, todo ha evolucionado hasta el punto de llevar en el móvil todas las historias del mundo.
    No sé qué más conocerán los descendientes, pero también será interesante que conozcan la vida y milagros de sus ancestros, que será todo primitivo y bello.
    Estoy seguro que se interesarán.
    Es bueno contar cosas para la posteridad.
    Me ha gustado eso del viejuno papel.
    Saludos José Luis.

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    1. Tu memoria episódica es asombrosa, Javier. Retienes hechos del pasado que, en mi caso, habían quedado ya en el olvido.

      Ya ves: tu te proyectas al pasado y yo lo hago al futuro.
      ¡Buena combinación!

      Saludos, D. Javier

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  4. Buena idea esa del pasar tus ideas al papel. Si se se cuida durará, a buen seguro, más que el resto de soportes. ( bueno, también podrias imprimirlo dentro de algún tipo de roca, claro jejeje).

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    1. Lo de la roca ya me lo he planteado, no creas. Échale un vistazo a:
      http://el-periplo-aragones.blogspot.com/2018/10/elogio-de-la-piedra.html

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  5. Larga Vida Jose Luis.
    El pasado si que es fácil de predecir.
    También sería muy interesante para mi conocer esas cuitas y pensamientos de mis antepasados. Pero también puedo aventurar que si leyéramos alguna misiva de nuestros antepasados de hace ciento cincuenta o trescientos años, no nos encontrariamos nada especial que nos permitiera adentrarnos plenamente en los entresijos de sus pensamientos. Hasta hace nada los formalismos nos encorsetaban de tal manera que era difícil que nos explayaramos de una manera abierta y plena. Habrá mil excepciones, pero me resulta difícil imaginar que hubiese muchos individuos librepensadores en aquella época.
    Más bien pienso que cada uno al nacer ya tenía una ruta a seguir que le marcaba la familia, las costumbres, el lugar, y la sociedad entera y su vida no se alejaría mucho de ese "camino".
    Que pocos escaparían a ese destino, y esos desde luego serían los que realmente producirían escritos libres y singulares.
    Verdaderamente, Jose Luis, da el tema para mucho.

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    1. Es verdad, es verdad. Los formalismos y la inmediatez con la que debían vivir nuestros ancestros. Estando jubilado y con tu paga, queda tiempo para muchas cosas. Entre ellas filosofar. Antaño para la mayoría de la población no era así. Las cosas del espíritu les estaban vedadas por la necesidad de proveerse de lo básico.

      ¡Saludos cordiales, Jorge!

      Este tema engarza con el eterno debate del sentido de la vida y la existencia. Mucho tendríamos que debatir y otros más sabios que tu y que yo la lo hicieron en la antigüedad.

      Pero reivindico el derecho de todo mortal a hacerse sus propias cábalas.

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  6. También reivindico yo ese derecho. Lo suscribo.

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