Las razones por las que uno decide involucrarse en una determinada afición son múltiples y variadas.
Quizás habría que retornar a la infancia para tomar referencias de ello. Las vivencias con gran carga emocional quedan grabadas a fuego en la mente de cada cual y en mi caso, la recogida de la miel; el ir "a guardar" con mi padre forma parte, sin duda, de ese acervo emocional.
Recoger la cosecha anual del dulce producto representaba todos los años toda una auténtica aventura. Protegerse de las picaduras era imprescindible pero casi estaban aseguradas teniendo en cuenta lo básica y deteriorada que estaba la vestimenta.
Hacer humo formaba también parte de la ceremonia. Asegurar el flujo constante del mismo constituía asimismo una misión casi imposible.
Contamos pues con dos elementos que hacen posible la emergencia de una afición: quedar envuelto emocionalmente entre el miedo a los picotazos y la recompensa de la riquísima miel obtenida.
Si además existe una continuidad generacional en la afición, todavía se incrementa más el interés.
Tanto mi bisabuelo Higinio como mi abuelo y mi padre; todos ellos fueron colmeneros. Como suele decirse "Hay que continuar con la tradición"
Pero existen otras muchas razones por las que tanto me interesa la apicultura, además -por supuesto- de la obtención de la riquísima miel.
Si tuviera que resumirlas en una, escogería la palabra "reto".
El reto de entender cada vez mejor los procesos que se desarrollan en el ciclo vital de las abejas.
El reto de comprender cómo se comunican entre ellas
El de aprender a prevenir las enfermedades de las colonias
El de estudiar la mejor manera de capturar los enjambres
El desafío de desalojar una colmena establecida en un lugar con riesgo para los ciudadanos y trasladarla a otro sitio asegurando su pervivencia.
El empeño en desarrollar sistemas electrónicos y computacionales que nos ayuden a mejorar todos estos procesos
La apuesta por mentalizar a los ciudadanos de la necesidad de convivir con estos insectos polinizadores
La aventura de conocer a los mejores especialistas en apicultura y aprender de sus enseñanzas.
Por todo esto, amigos, me encanta la apicultura. Y por ello también me siento tan gratificado cuando la practico.
¡Hasta la próxima semana!
En este campo te desenvuelves muy bien.
ResponderEliminarLa costumbre y la tradición familiar , en cierta forma, te han elegido a ti para hacerte defensor de su causa.
Te deseo suerte en esta nueva aventura.
Sé que disfrutas y lo harás bien.
Saludos de Javier.
Se agradecen tus ánimos, Javier
ResponderEliminar¡Un abrazo!