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viernes, 10 de septiembre de 2021

Pasarse de frenada


No tendré mala voluntad hacia nadie. 


Me encamino hacia la biblioteca "María Moliner" con la misión de averiguar si ya se puede entrar en la sala de lectura y poder leer tranquilamente (como hacía antaño, en ocasiones) la prensa mañanera.

Las encargadas del servicio ya me ponen en antecedentes que "debido a lo del Covid" sólo se pueden sacar libros en préstamo. El resto de las dependencias se encuentra cerrado hasta nueva orden.

Realizo la misma gestión en el archivo municipal en la calle Santiago y allí me entregan un cuestionario de petición para rellenar solicitando día y hora de consulta así como la temática a tratar. Por idénticas razones que anteriormente no se puede acceder libremente al edificio.

Lo mismo me sucedió ¿recordáis? cuando traté de solicitar información sobre un impuesto. Ahora, por lo visto, la administración  prefiere relacionarse con el ciudadano virtualmente. La presencialidad se evita a toda costa. "Es por el Covid" te dicen siempre.

El caso es que me da la impresión que la muletilla ya se empieza a usar con bastante ligereza y también con un punto de prepotencia.

¿Acaso no podemos entrar en los cines o en los supermercados? Con mascarilla y tomando el resto de precauciones podemos hacerlo ¿No han comenzado las clases con normalidad? ¿No se permite ya la asistencia controlada a los estadios de fútbol?

No quisiera ser excesivamente crítico pero empiezo a pensar que muchos servicios al ciudadano se encuentran en "stand by" en buena medida por despreocupación -precisamente- hacia la ciudadanía.

Si te pones en modo "servir al usuario" seguro que se pueden arbitrar medidas que permitan flexibilizar la rigidez administrativa con la que nos están "obsequiando" "por lo del Covid"

No se, no se. A mi me da la impresión de que en todos estos ámbitos la administración se está pasando de frenada.

1 comentario:

  1. No es ser crítico, es ver cómo tienen que actuar. Durante la pandemia, en los ambulatorios era épico poder entrar. Se habían refugiado en su castillo, te hacían esperar en la calle, y cuando entrabas a la consulta, veías a todos los empleados tranquilos relajados, con cuatro mascarillas cada uno, y sin pegar pico. La verdad es que este colectivo de atención primaria no estuvo luchando en primera fila durante la pandemia.
    Alguna enfermera sí que iba por las casas. Estaban encerrados a cal y canto. Hubo mucha polémica con ellos en las redes.
    Ahora, después de dos años parece que han cedido algo.
    La atención al público oficial, lleva mucho tiempo poniendo excusas por la pandemia.
    Es su justificante perfecto para no hacer nada.
    Pienso que ya es hora de que se pongan las pilas.
    Nada,,,,ya saldrá el sol José Luis.
    Cuánta paciencia !!

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