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jueves, 2 de abril de 2020

Psicología social en tiempos del coronavirus



Hay dos tipos de papeles que se necesitan siempre
 con urgencia: el papel higienico y el dinero.

Muchas de las conductas y los comportamientos que estamos adoptando en estos días tan "peculiares" de enclaustramiento obligado atraen profundamente mi atención.

El entusiasta aplauso de las 8 de la tarde; el contacto más intensivo con las personas que queremos; los nuevos hábitos para salir del hogar o entrar en él; la atención reforzada a los medios de comunicación e Internet o las alternativas que cada cual elige para sobrellevar el confinamiento son, sin dudarlo, algunos de ellos.

El aplauso de las 8 representa la mayor novedad. La mayoría hemos aceptado de buena gana participar en este ritual de la tarde. Al menos en eso nos hemos puesto de acuerdo muchos españoles. Su concreción no representa especiales problemas. Nada más sencillo que aplaudir. No se necesita un entrenamiento especial. Todo el mundo puede hacerlo.

Formalmente el aplauso va dirigido a todos los que se entregan a conciencia en la ingente tarea de atender a los enfermos de esta pandemia. A los sanitarios.

Por extensión -con el paso de los días- el aplauso también va dedicado a todos aquellos que velan por nosotros: personal de limpieza, cocineros, camioneros, bomberos, policías, ejército... y un sinfín de otras profesiones cuyo denominador común es la entrega, la dedicación a los demás.

Pero yo creo que el aplauso también nos lo dedicamos a nosotros mismos. Por la cara que ponen mis vecinos y la que yo mismo pongo, esta ceremonia de la tarde viene a representar una especie de encuentro diario en el que todos nos sentimos aliviados y todos nos congratulamos de estar vivos y de aguantar un día más el encierro. Algo así como una catarsis en horario de tarde.

El aplauso de las 8 también nos ha brindado la inusual oportunidad de charlar un poco más con los de al lado. No era lo habitual en la anterior situación. Con la mayoría no pasábamos del "Buenas y Adiós" y cada uno a lo suyo. Ahora, al menos nos dedicamos un poco más de tiempo. Quizás haya que tenerlo en cuenta cuando todo esto se vaya acabando. Replantearnos el modelo de convivencia que nos hemos adjudicado. Potenciar actividades que favorezcan la comunicación....

La Psicología Social es la disciplina que se encarga de estudiar las influencias que las personas, grupos y contextos ejercen sobre el comportamiento del individuo; de sus cogniciones y de sus percepciones.

Cuando vaya acabando el encierro, mucha faena van a tener los estudiosos de esta disciplina. Hay mucho que analizar sobre lo que está acaeciendo en nuestro entorno más próximo y en el mundo entero.

Me queda la duda de si esta vez aprenderemos o no la lección.
   

1 comentario:

  1. Si que se siente una cercanía con los vecinos de enfrente con los aplausos.
    Yo veo a los jovencillos aplaudir con muchas ganas, como si fuera una gran fiesta, la verdad que emocionan.
    Si que nos estamos dando a entender, nos valoran los vecinos de enfrente cuando nos despiden moviendo los brazos y nos dicen adiós.
    Creo que algo aprenderemos, ahora estamos viendo la realidad cuando la naturaleza nos dice que no hay varemos para diferenciar.
    Dejaremos de lado la soberbia y nos volveremos más humanos.
    Tranquilidad y paciencia,todo llegará.
    Un abrazo de Javier.

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