La mente humana está acostumbrada a anticipar la dificultad, detectar los riesgos y hurgar en los inconvenientes. Se suele poner en lo negativo por lo que pueda pasar. No escatima recursos para generar preocupaciones. Se prepara para lo peor.
Pero hete aquí que, de vez en cuando, el propio devenir de la vida en muchas ocasiones ejerce, afortunadamente, de contrapeso. Te obliga a cambiar esquemas, a mirar las cosas desde otro ángulo. A pasar a la acción.
Ya se trate de un problema familiar, la reparación de un tejado con goteras o el empeño en aprender un idioma, solo el hecho de encararlo ya nos traslada la imagen de que el reto no supone un obstáculo insuperable. Con voluntad y tesón, repartiendo la tarea en unidades más manejables vemos con asombro cómo vamos consiguiendo lo que nos proponemos.
En el trascurso de nuestras vidas tenemos muchas ocasiones para ponernos a prueba y cada vez que salimos victoriosos de algún lance se renueva en nosotros la confianza de que, en realidad, todo es más fácil de lo que parece.
Artículo con buena carga de verdad,tu has sido de las personas que te has propuesto un logro y lo has conseguido, siempre has sido muy perseverante, por lo cual puedes opinar y así animar de paso al personal. Lo afirmo, porque si consigues algo que te propones, la satisfacción es plena. Este profesor enseña bien, lo sé por experiencia. Un abrazo de Javier.
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