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viernes, 2 de julio de 2021

¡Que dure!


 ¿Puede haber algo más ridículo que la pretensión de que un hombre tenga derecho a matarme porque habita al otro lado del rio
      y su príncipe tiene una querella con el mío aunque yo no la tenga con él?.
Blaise Pascal


Mi viejo Hyundai va a cumplir pronto 20 años. Anteriormente tuve un Corsa que también se hizo muy mayor. Bueno, deberia decir que yo le ayude a hacerse madurito. Y llegar a viejo en buenas condiciones. No es por nada pero a pesar de su edad logro entrar por su propio pie en la chatarrería.

En algun otro post hablaba asimismo de mi empeño en restaurar más de un cuello de camisa desgastado, de devolver a la vida ajados pantalones y, en general, por conseguir que las cosas duren, estirando su longevidad todo lo que pueda.

Con los zapatos y zapatillas es lo mismo. Igual me ocurre con la ropa interior y el resto de atuendos. A veces pareciera como si el lema "que dure" se hubiera instaurado de forma permanente en mi vida.

Hurgando en el archivo de informaciones de la infancia, recuerdo ver a mis padres realizando todo tipo de remiendos para estirar la vida útil de las cosas. Antaño no se tiraba nada. Si se podía se arreglaba.

Seguramente razones economicas eran las que justificaban tal forma de actuar. Pero no eran las unicas. El respeto y el trato adecuado de las cosas tambien eran factores de gran importancia. 

Pegado a ese sesgo veo como un día si y otro tambien mi empeño reparador se mantiene alerta. Sea la bici, una puerta que no cierra bien o una persiana rota. Nunca tirar. Mejor componer.

Mis hijas me miran con curiosidad y cierta condescendencia cuando me ven enfrascado en algún empeño reparador y mi mujer ya me ha dejado por imposible. Las primeras son de otra generación donde el "usar y tirar" es lo que se ha llevado. Mi señora es de ciudad. Con eso lo digo todo.

El caso es que a mi me gusta ser "rara avis" y no pienso ceder de buenas a primeras a la tentación del ¡tiralo!

Seguiré arreglando y reparando todo lo que se me ponga por delante.

Es más. Si pudiera y tuviera los conocimientos adecuados trataría por todos los medios de arreglarme también a mi mismo. Ese dolorcillo en el codo; las molestias en las piernas o ese colesterol que no acaba de normalizarse.

No me digáis que esto no seria el sumun reparador. Tener la capacidad de autoarreglarte y estirar unos cuantos años más tu expectativa de vida. Y hacerlo tu mismo. Con tus propios medios y recursos.

¡La leche! 


2 comentarios:

  1. Es una forma chula de dar gracias a Dios por los bienes terrenales, todo tiene valor.
    Mecanicos de nosotros mismos no podemos ser, lo único que podemos hacer es ser mecánicos del alma para ir remediando la vida en su justa
    medida.
    Has escrito un artículo para las literaturas del mundo.
    Saludos, José Luis.

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  2. Sí señor Jose Luis, que bueno es reparar y reutilizar, soy de la misma cuerda.

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