¡Juicios tengas y los ganes! La maldición gitana se ha materializado esta semana en mi caso tras múltiples e infructuosos intentos de abonar un tributo por una donación.
Yo quiero pagar a la Hacienda Aragonesa pero ellos se empeñan en ponérmelo no ya difícil sino -diría yo- im-po-si-ble.
La conjunción pandemia-trámites online-terminología tributaria, ha resultado ser letal. Ahora, si te acercas a cualquier oficina tributaria para que te informen de tus obligaciones con Hacienda (y no digamos si pretendes que te ayuden a rellenar un expediente) el saludo de bienvenida, la primera frase que te suelta la administración rotulada en un lacónico cartel es : "Sólo se atienden trámites presenciales con cita previa".
Si llamas por teléfono, en la mayoría de los casos te encontrarás que está comunicando. Si lo intentas por Internet entonces si que te metes en un caleidoscopio de idas y venidas en el que al final no sabes donde vas a ir a parar.
Pero ¡ojo, amigo! si te atreves a darte de alta para realizar a través de la Red lo que ellos llaman las autoliquidaciones del impuesto, pues resulta que te remiten a la SYDWEB que te trasladará a otro universo críptico donde el vocabulario que se utiliza es más propio de doctorandos en economía y tributación que de ciudadanos de a pie.
Si aún así te animas siquiera a intentarlo, el portal YAFAR_SYD se encargará desde el primer momento de hacerte la vida imposible. Una auténtica catarata de preguntas y precisiones en el más enrevesado lenguaje administrativo pronto te hará desistir del intento.
(Por cierto, no se si lo han hecho a posta pero Yafar es un personaje de la película de Disney "Aladin" que se une a Maléfica para dominar Agrabah) ¡Qué coincidencia!
Al verme tan perdido -ingenuo de mi- me agarro al salvavidas de la AYUDA para ver si puedo salir airoso del lance. Vana ilusión. Deberías estudiarte a fondo un sesudo manual del usuario de 44 páginas redactado de nuevo con una terminología imposible de descifrar.
Así que, a la vista del monumental desafío que se me presenta y dado que sólo me dan la opción de que me busque yo mismo la vida en la Red, no me ha quedado más remedio que recurrir a la solución que ya os podéis imaginar: acudir a una gestoría.
A tenor de lo que me informan en la gestoría, al final me va a salir la torta un pan. Es decir que lo que les voy a tener que abonar por realizar los trámites seguramente superará el importe del impuesto que yo deberé -asimismo- pagar.
¡Todo un despropósito, amigos!
Avisados quedáis si tenéis que realizar algún trámite similar.
Da la sensación de que no quieren que hagas tú su trabajo al poner tanta traba en internet, y por otro lado, dificultan que acudas a ellos para solucionarlo.
ResponderEliminarEs todo una contradicción.
Vas a los sitios de ventanilla y lo primero que haces es mirar la cara del empleado, si tendrás suerte y estará dispuesto a ayudarte.
Todo esto cabrea.
Un saludo José Luis
QUE TIEMPOS! QUE PAIS!
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