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viernes, 18 de junio de 2021

El algoritmo y las garrapatas


No se puede ganar una guerra como tampoco se puede ganar un terremoto.

Jeannette Rankin


No se cómo voy a casar dos conceptos tan antitéticos. Pero me apetecía ponerlos juntos. Experiencias recientes los han traído a mi mente. ¡Allá vamos!

En primer lugar mi continua sorpresa al comprobar como Duolingo (la aplicación para aprender idiomas) cada vez va afinando más en sus propuestas de aprendizaje.

Por lo que voy viendo y experimentando, el programa debe tener ya un perfil muy ajustado de mis capacidades y de mis debilidades. Sabe cuándo ponerme una frase sencilla para que no me desanime y cuando apretarme para que me espabile con mi progresión.

Me tiene cogida también la medida para que no me despiste en mi clasificación. No me lo dice, pero sabe cuándo tiene que tirar de mi para que no baje en el ranking semanal y conoce también a la perfección mis logros anteriores con lo que la presión es la justa para que no resulte excesivamente estresante.

Desde luego el algoritmo que lo rige todo ha ido afinando cada vez más. Siendo un usuario de hace más de 7 años, he podido seguirle la pista a las mejoras que se han ido imbricando ¡Es increíble!

Más algoritmos rigen ahora mi vida: las propuestas de YouTube, las noticias que me propone San Internet o la sugerencia de este u otro canal.

Me queda la duda de cuál es la formulación exacta del algoritmo. Cómo hacen para traducir mis "clicks" en información y cómo la procesan luego. Al final -seguramente- saldrá un chorizo de cifras y signos matemáticos. Eso es lo que rige mi aprendizaje de idiomas y mis intereses informativos. El caso es que dan en el clavo ¡Qué listos son!

Por cierto (y ahora viene lo de las garrapatas) sería estupendo si se pudiera utilizar el conocimiento digital para resolver problemas del mundo analógico.

Lo digo porque hace unos días, en el pueblo, en una de mis salidas al monte, padecí una auténtica invasión de garrapatas. Sin saber muy bien de dónde venían, sí que observé que se pegaban con insistencia a mi ropa para -desde allí- intentar trepar a otras ubicaciones corporales en las que se pudieran "asentar".

Como nunca antes había sufrido este tipo de asaltos tan numeroso, me preguntaba cuál sería la causa de tal abundancia de población de ácaros ¿Será el cambio climático? ¿La ausencia de ganado en nuestros montes? ¿Algún desequilibrio ecológico que todavía no hemos detectado? 

El caso es que aquí también nos vendría bien la ayuda de algún algoritmo que aclarara un poco la situación. Que nos diera la pista de por dónde van los tiros.

Tal como van las cosas en la naturaleza no será de extrañar que cada vez más nos tengamos que apoyar en los gurús de la inteligencia artificial para ver si así comenzamos a articular algún remedio para nuestro mundo. 


1 comentario:

  1. Si, son sabios y controlan nuestros gustos y aficiones, y te proponen tal o cual cosa que te irían bien.
    Algún motivo tendrán las garrapatas para semejante asalto, la verdad es que estaban esperando algún alma de paso para actuar,,,,tendrá su explicación.
    Experiencia desagradable tuviste con las garrapatas.
    Son cosas de la naturaleza, su vida y organización.
    Saludos Don José Luis.

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